Columnistas

La Mafia de Leobardo Rodríguez en la Tesorería municipal

columna historias de un joven reportero Gerardo Ruiz 1

Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc

La salida de Armando Morales de la Tesorería del Ayuntamiento de Puebla terminó por destapar de manera definitiva la cloaca del gobierno municipal de Claudia Rivera.

El tufo a heces fecales se impregnó al Charlie Hall.

Las razones por las que Morales Aparicio renunció ya son de todos conocidos, pero lo que realmente preocupa es la persona que se escogió para su relevo y el equipo de trabajo que asumirá el control de la dependencia municipal encargada del uso, destino y fiscalización de los dineros de la Comuna capitalina.

Desde su soledad, Rivera Vivanco ya solo da palos de ciego a la espera de que su gestión culmine y que desde la Ciudad de México puedan frenar todos los procesos judiciales que le esperan y que, de manera segura, terminarán en ordenes de aprehensión liberadas.

Ver: Desde México, quieren salvar de la prisión a Claudia Rivera

La burbuja en la que se encapsuló hace mucho tiempo tras ser catalogada durante tres años consecutivos como la peor presidenta municipal del país se reventó hace mucho.

Su barco a la deriva pierde a diario a los tripulantes que en octubre del 2018 prometieron se un gobierno municipal honesto, incluyente, feminista, transparente y diferente.

La encomienda fue un rotundo fracaso ante la incapacidad, simulación y corrupción que muy pronto se apoderó de Claudia Rivera y de todo su círculo cercano de colaboradores.

La designación de Leobardo Rodríguez como el nuevo tesorero municipal no es más que la comprobación de que la gestión de Rivera Vivanco se pudre sin ningún remedio.

Le entregaron las llaves de la bóveda del banco a John Dillinger.

Además de todos los casos de corrupción que persiguen a Rodríguez Juárez, quien aprendió esas mañas que aprendió desde su puesto de tercer nivel el infame gobierno de marinista, a su paso por la Secretaría de Administración; el nuevo tesorero municipal se hizo acompañar de una serie de pillos con antecedentes bastante cuestionables como para ser los encargados del erario de Puebla capital.

Y es que, el futuro regidor poblano en la próxima administración municipal, de Eduardo Rivera, podrá desde la Tesorería del Ayuntamiento limpiar y hacer cuadrar los estados financieros de Rivera Vivanco, quien en los últimos meses ha hecho un verdadero marranero con el presupuesto de la Angelópolis para dejar sin un peso a su sucesor, pero también va pagar todos los compromisos que le dejó su deprimente y fracasada campaña reeleccionista.

Para esta delictuosa tarea, que le podrían acarrear problemas legales muy serios, Leobardito Rodríguez nombró como su asesor a Víctor Díaz, quien tuvo un paso efímero por la Secretaria de Educación Pública antes de que sus negocios fueran descubiertos.

Ver: Aguilar Chedraui, en la mira

Desde la Dirección General de Administración de la SEP, Díaz Flores comenzó a amañar contratos y a inflar contratos, como tanto le gusta hacer a Claudia Rivera, a favor de un pull de empresas entre las que destacan Allars, Azimar, R I Marketing Publicidad, Feuer Transportes, Ngram y Tierra Firme, que no sorprendería que aparecieran en los próximos días como proveedoras del Ayuntamiento poblano.

No solo eso, la fichita que asesora al impresentable tesorero municipal fue descubierto por “dobletear” cargos en el gobierno municipal de Puebla y en el de San Andrés Cholula, pues en el primero cobrara como subcontralor y en el segundo como asesor externo cuando esto está prohibido por ley.

Otro de los pillos que acompañarán a Leobardo Rodríguez es Christian Hernández, quien ya asumió la dirección jurídica de la Tesorería municipal. Este infame personaje está involucrado en el caso de la venta de niños y otras atrocidades que se cometieron en el SEDIF, que el gobernador Miguel Barbosa denunció al inicio de su gobierno.

Resulta que Hernández Arellano es un verdadero miserable, pues como jefe del Departamento de la Defensa de la Infancia y la Familia se quedaba con el dinero que ganaban los menores de edad en custodia del Sistema Estatal DIF, que eran empleados en Cinia, como lo documentó el periodista Iván Tirzo.

Este extrabajador obligaba a los menores entregar sus salarios a cambio de continuar bajo la “protección” del DIF, pues fue a través de este organismo que se concretó un convenio con la compañía para que los menores de la Casa del Adolescente tuvieran acceso al trabajo.

Christian Hernández Arellano no solo laboró en el DIF en la adminsitración del ex gobernador Antonio Gali, sino fue un político cercano al grupo morenovallista; en agosto de 2018 se registró como aspirante a consejero en el Instituto Electoral del Estado de Puebla (IEE)”, precisa el periodista en su columna del 28 de agosto titulada en el portal MTP Noticias.

Por si esto no fuera poco, Sol Cortés, incondicional y amiga íntima de Rivera Vivanco, le dieron como premio de consolación la dirección técnica de la Tesorería.

Ver: El descarado Año de Hidalgo de Claudia Rivera

Sobre Cortés Bautista pesan acusaciones de nepotismo, contratos amañados y contratar a un mismo proveedor para diferentes licitaciones durante su gestión al frente del Instituto Municipal de la Juventud.

Una auténtica mafia.

El nido de ratas que ya opera en la Tesorería municipal dibuja de pies a cabeza lo que ha sido el gobierno de Claudia Rivera.

Provecho, señores.

Entrada anterior
La causa y efecto de la paridad en el PAN
Entrada siguiente
Rechaza Claudia Rivera que será la nueva delegada de Bienestar en Puebla
keyboard_arrow_up