Se equivocan quienes piensan que la sucesión del barbosismo ya inició en la entidad a falta de tres largos años para que esto sucede.
Solo a Alejandro Armenta y a Ignacio Mier, quienes se autoproclaman como los únicos tiradores de Morena con derecho de aspirar a la candidatura al gobierno del estado, son los interesados en adelantar los tiempos de la política en Puebla.
Para los dos legisladores, señalados por el propio gobernador Miguel Barbosa de ineficientes e intrascendentes a su paso por el Senado de la República y la Cámara de Diputados, respectivamente, mientras antes dé inicio el ritual de la sucesión es mejor para sus intereses personales.
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Y es justo aquí en donde comienzan a confundirse.
Los primos Mier olvidan que el único en dar inicio al banderazo de la sucesión es el propio Barbosa Huerta, quien desde el 2019 se ganó el derecho natural de marcar los tiempos políticos en el estado.
Tanto Alejandro como Ignacio pretenden que el gobernador de Puebla inicie lo antes posible con el juego de la silla, tal y como sucedió a nivel federal con Andrés Manuel López Obrador, quien de manera inédita y orillado por las corrientes y grupúsculos de su propio partido no tuvo más remedio que dar inicio al ritual de la sucesión en su tercer año.
López Obrador a plena mitad de su sexenio marcó el inicio no oficial para el proceso del 2024 al destapar a sus “corcholatas” que buscarán sucederlo en la Silla del Águila.
Así como ya bendijo a sus corredores, el presidente de México también utilizó su derecho de veto para sacar de la contienda a impresentables como Ricardo Monreal, quien está obsesionado con aparecer en la boleta de los próximos comicios presidenciales.
A través de sus voceros y de sus plumas adictas, Armenta Mier y Mier Velasco comenzaron a tantear el terreno de la sucesión en Puebla y terminaron por ser exhibidos por sus pasados en el Revolucionario Institucional y sus “amistades peligrosas” como Mario ‘el góber precioso’ Marín, en el caso del senador; y Enrique “El Sutlán” Doger, en el caso del diputado federal.
Hábil con el discurso y la retórica, Barbosa Huerta mandó a la congeladora las ansias y el nerviosismo de los Mier al no solo marcarlos como non gratos de su grupo político, sino que el mandatario ya definió al perfil del que le gustaría que fuese el abanderado de Morena en el 2024.
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Miguel Barbosa sabe, y de sobra, que antes que iniciar con el proceso de sucesión se debe consolidar el proyecto de estado en el que ha estado trabajando y que, hasta el momento, ha dado buenos resultados, tan es así que en las pasadas elecciones del 6 de junio los poblanos le dieron un voto de confianza a su gobierno al dejar que Morena siga manteniendo el control del Congreso del estado.
También, el Movimiento de Regeneración Nacional en Puebla tendrá que entrar en una renovación y purga tras los resultados adversos en municipios importantes como la capital y la zona metropolitana por el efecto tóxico de Claudia Rivera Vivanco y las carencias de Alejandro Armenta, Rodrigo Abdala, Fernando Manzanilla, Carlos Evangelista y Edgar Garmendia, como operadores electorales.
Morena, sin lugar a dudas, deberá reinventarse rumbo al 2024 antes que pensar en la sucesión de Barbosa Huerta o de lo contrario tendrá que hacerse a la idea de perder el gobierno en los comicios venideros.
En la misma mañanera en la que Armenta y Mier fueron vapuleados, el gobernador Barbosa dio algunas señas del perfil idóneo para el candidato del partido lopezobradorista. El mandatario consideró que sería ideal que su sucesor fuera alguien emanada de la sociedad civil con ideología de izquierda.
“A mí me gustaría ver alternativas de la sociedad civil buscando desde el lado de Morena la titularidad del ejecutivo, también me gustaría ver mucha participación ciudadana y si me gustaría que el gobernador que me sustituyera fuera de izquierda, austero, honrado, de principios y convicciones, aliado de la gente por siempre”.
Ni Armenta ni Mier encajan con este perfil.
De Claudia Rivera, quien piensa que aún tiene posibilidades, ni mencionarla.
¿Será que Barbosa se refiere a Olivia Salomón?
¿Algún empresario con afinidad hacia la 4T?
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Aún hay tres largos años de por medio y la oposición luce bastante compacta y con ganas de regresar al poder.
Lo que sí quedó claro es que el gobernador de Puebla es el poseedor de la bandera y del cronómetro.
Nada más que él será el encargado de marcar el inicio de su sucesión.
Serénense, primos.