Como una declaratoria abierta de guerra debe tomar el gobernador Miguel Barbosa la designación de Alejandro Santizo como secretario de Seguridad Pública municipal de Tecamachalco hecha por el alcalde Ignacio Mier.
Más allá de que Santizo Méndez sea el alumno más avanzado de Facundo Rosas, el ignominioso ex titular de la SSP en el sexenio de Rafael Moreno Valle y uno de los principales responsables de la masacre en Chalchihuapan, su nombramiento como responsable de la seguridad de los tecamachalquenses no es más que la prueba final de que el Clan de los Mier han roto con el gobierno barbosista.
Desde las mesas políticas de negociación para definir a los candidatos de Morena en Puebla, en la que participaron Barbosa, Nacho Mier papá, Alejandro Armenta, Carlos Evangelista y Edgar Garmendia, el presidente de la Cámara de Diputados dejó claro su doble juego, pues un día respaldaba al mandatario poblano y al otro se sumaba al bloque que intentó despojarle el poder en la entidad.
Mier Velasco, fiel a su estilo simulador y de golpes debajo de la mesa, se agandalló candidaturas de Morena a diputados locales, federales y el primer espacio en la lista plurinominal del partido, además impuso a su hijo Nacho Mier Junior como el abanderado en Tecamachalco a pesar de su pasado morenovallista.
Desde la Ciudad de México y aprovechando su posición de poder en el primer círculo lopezobradorista, el coordinador parlamentario del partido marrón dejó pasar la candidatura de Claudia Rivera y empoderó al impresentable de Carlos Evangelista, quien ahora responde a sus intereses tras enemistarse con Alejandro Armenta, a pesar de haberse comprometido con los intereses de Miguel Barbosa y sus alfiles como Gabriel Biestro.
Mier evidenció una vez más que la simulación es una de sus principales características.
Tras los resultados del 6 de junio, el diputado federal se sumó a la larga lista de enemigos de Barbosa que mordieron el polvo a pesar de las alianzas y conspiraciones en su contra.
No por nada el mandatario poblano excluyó a Mier Velasco de la serie de reuniones que sostuvo con diferentes actores políticos y ganadores de los comicios recién concluidos, en las que desfilaron desde Alejandro Armenta hasta Genoveva Huerta.
La venganza al desdén del gobernador no se hizo llegar por parte de Ignacio Mier, pues, como lo adelanté en exclusiva en la entrega del pasado 16 de septiembre, su hija Daniela se sumó al deprimente G5 de Morena en el Congreso del estado, el grupo de liliputienses comandado por Evangelista y Garmendia que fracaso en su intento de deponer de la coordinación de diputados lopezobradorista a Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
Daniela Mier, por órdenes de su poderoso padre, forma parte de los legisladores, quienes desde el interior de la fracción de Morena trabarán las iniciativas enviadas por el Ejecutivo y quienes se sumarán a los diputados que controla Huerta Villegas.
En este mismo espacio dimos detalles de la alianza forjada entre Nacho Mier y Genoveva Huerta para frenar a Eduardo Rivera rumbo al 2024, pero también para minar la figura de Miguel Barbosa por la supuesta alianza que existe entre el mandatario y el alcalde de la capital.
La última gran afrenta del Clan de los Mier, como lo narre al inicio de esta columna, fue el nombramiento del impresentable Alejandro Santizo como el secretario de Seguridad Pública en Tecamachalco.
¿Qué le pasó por la cabeza a Nachito Mier para entregarle la seguridad del municipio a un personaje de dudosa reputación como lo es Santizo Méndez, quien tuvo que salir del gobierno de Tony Gali por la puerta trasera tras comprobarse la protección que les ofrecía a las bandas de huachicolores que operaban en la Ciudad de Puebla?
Su designación no puede entenderse más que como un agravio al gobierno barbosista, que ha emprendido una verdadera cruzada en contra de la corrupción y una guerra en contra del robo de hidrocarburos y la ordeña de ductos en la entidad.
Cuánta razón tuvo el gobernador Barbosa en el llamado que hizo durante la toma de protesta de José Luis Márquez como presidente municipal de Zacatlán al acabar como los “juniors” en la política de Puebla.
Aunque algunos argumentaron que la pedrada no fue para Ignacio Mier y su hijo, la realidad es que sí, pues el diputado federal y su vástago claro que desprestigian a la política en Puebla al revivir a un pillo como Alejandro Santizo, quien fue parte del oscuro régimen morenogalista que, además de saquear las arcas del estado, les abrió las puertas a los cárteles más sanguinarios del país como los Zetas y el CJNG para disputarse el huachicoleo.
Santizo era pieza clave para blindar a los narcotraficantes que circulaban con toda libertad por la Angelópolis y la zona metropolitana.
Aquí está la prueba contundente, si es que aún hacía falta, para demostrar las amistades peligrosas del diputado federal, quien es bastante cercano al preso Alejandro Martínez, de Quecholac, y a Sandra Nelly Cadena, de Tecamachalco.
¿Con estas credenciales Nacho Mier busca abanderar a Morena en el 2024?
¿Qué opinará Andrés Manuel López Obrador al saber que el hijo de su coordinador parlamentario entregó la seguridad de Tecamachalco a un socio y cómplice de los huachicolores que tanto ha combatido?
¡Ay, nanita!
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