Todo lo que es medible es perfectible.
La administración de Eduardo Rivera, luego de un trienio perdido, ha logrado en 600 días revertir todas las crisis de gobernabilidad, seguridad, ambulantaje, servicio públicos y políticas que le heredó su antecesora, la morenista Claudia Rivera Vivanco.
Corregir el rumbo de la capital no solo es un eslogan de gobierno, es una premisa en la que trabaja a diario el alcalde de la Angelópolis.
Nadie puede escatimar en los esfuerzos de su segunda gestión al frente de la Comuna poblana.
Hoy, la ciudad de Puebla está más limpia, es más segura y luce mejor de como lo estaba durante el trienio claudista.
Cómo olvidar que, hace apenas cinco años, la capital del estado se hundió como uno de los peores municipios del país, como así lo demostraban todas las mediciones públicas en la materia.
No solo eso, Rivera Vivanco, quien jamás hizo caso a estos indicadores, pues decidió encerrarse en una burbuja creada por su círculo más cercano de colaboradores y familiares, fue catalogada como la peor alcaldesa de México, al decir de diferentes encuestas como Consulta Mitofsky, Massive Caller y Campaing and Elections, estas dos últimas, fueron de las más certeras –pese a ser constantemente desacreditadas– en los comicios del Estado de México.
Rumbo a cumplir su segundo año al frente del Ayuntamiento de Puebla, Rivera Pérez figura de manera frecuente en el Top Ten de mejores ediles del país, como así lo han mostrado las casas encuestadoras antes mencionadas.
Lalo Rivera tiene números positivos y notables en aprobación, confianza, eficiencia y buena imagen.
Estos datos, que para nada son fáciles de lograr, colocan al alcalde poblano como uno de los aspirantes con mejores porcentajes entre todos los interesados en aparecer en la boleta al gobierno del estado en el 2024.
Y es que, la imagen de Eduardo Rivera se mantiene a salvo y estable a pesar del desgaste natural que representa la presidencia municipal de Puebla capital, que en la arena electoral es una navaja de doble filo, pues tanto puede catapultar un proyecto político, como los casos de Tony Gali, Blanca Alcalá o Mario Marín; o puede sepultar carreras, como les sucedió a Claudia Rivera, Luis Banck, Luis Paredes, Enrique Doger o Gabriel Hinojosa.
Rivera Pérez, en 600 días al frente del Ayuntamiento de la Angelópolis, no solo logró cambiarle de manera positiva y radical la imagen a la capital, también ha consolidado su proyecto político de cara a la elección del 2024, en la que luce como la única carta que tiene la alianza Va por Puebla para plantarle cara a Morena y competir por el gobierno del estado.
El informe que rindió el alcalde capitalino es bastante ilustrativo.
En seguridad informó que la capital cuenta con 311 patrullas nuevas y destacó el rescate del sistema de video vigilancia, la graduación de 380 policías, la renovación de todas las instalaciones de la corporación y la realización de más de 42 mil operativos para debilitar a 286 células delictivas con 879 detenidos.
Los indicadores en la materia y en percepción ciudadana mejoran con los meses.
En materia de economía detalló que van más de dos mil 300 Créditos Contigo entregados, 900 negocios en operación con Apertura a la Palabra, dos mil 21 con Tasa Cero y se implementó la Ventanilla Digital, para pasar de uno a 32 trámites en línea y de 216 requisitos a 133.
El gobierno municipal de Puebla atrajo en ese tiempo 11 mil 395 millones de pesos en inversiones de los sectores comercial, de vivienda, servicios y manufactura y se posicionó a Puebla como destino referente, al recibir a más de 3.8 millones de turistas.
Lalo Rivera logró resarcir los daños del pasado reciente a la capital en tiempo récord.
Por esto es por lo que, hoy por hoy, alguien –ni sus más ferreros críticos– se atreve a apostar en contra del alcalde de Puebla.
Y quien no crea esto que refute las encuestas de las certeras Massive Caller, Mitofsky y C&E.
La nueva Ley de la BUAP
Como algo histórico y plausible se debe de considerar la aprobación de la nueva Ley Orgánica de la BUAP, a través de la cual se elimina la edad máxima para ser rector.
Por mayoría de votos, el Congreso de Puebla aprobó este jueves en sesión ordinaria la nueva Ley Orgánica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con la que quedó eliminado el candado de la edad máxima para ser rector, la cual era de 65 años.
La nueva ley también integra aspectos para frenar la violencia de género que ha sido denunciada por alumnas en los últimos años.
Se establecen las funciones de la Defensoría de los Derechos Universitarios y se fomentará la diversidad en la máxima casa de estudios.
Esta ley, que hay que reconocer, fue impulsada por la Rectora Lilia Cedillo, quien en menos de un mes se ha anotado dos grandísimos logros en su notable gestión, con el anuncio conjunto con el gobernador Sergio Salomón Céspedes de la construcción del Campus 2 de CU y la legislación ya citada.
En la nueva Ley BUAP participaron en la consulta de ésta 53 mil alumnos y trabajadores de la Benemérita, por lo que fue avalada sin contratiempos por el Consejo Universitario.
La Universidad Autónoma de Puebla también vive nuevos y renovados tiempos.