Se equivocan, de manera burda y grosera, aquellos desmemoriados que hoy aseguran que el cobro de derecho de alumbrado público es un “tarifazo” o un impuesto nuevo que el alcalde Eduardo Rivera se inventó para tener más dinero a su disposición para la construcción de su proyecto político rumbo a los lejanos comicios sucesorios del 2024.
Como era de esperarse, el DAP, que ya fue incluido en la Ley de Ingresos 2022 del municipio de Puebla tras aprobarse por mayoría de votos el pasado viernes por el Cabildo, fue politizado por parte de los rivales que ven al edil capitalino como el rival a vencer en las próximas elecciones.
El más interesado en este golpeteo contra Rivera Pérez aprovechando el Derecho de Alumbrado Público es Ignacio Mier, quien está utilizando a los ignominiosos regidores claudistas, comandados por el pillastre Leobardo Rodríguez; y a los liliputienses diputados que integran el G5 antibarbosista en el Congreso del estado, con el objetivo de frenar su aprobación.
No resulta fortuito ni mucho menos es una coincidencia que Diario CAMBIO, periódico propiedad de Mier Velazco, sea el medio de comunicación más crítico sobre la posible aprobación por el Pleno del Legislativo local de la Ley de Ingresos de la Angelópolis para el próximo año, que incluye el DAP.
Tampoco se puede perder de vista las presiones que el influyente rotativo de Nacho Mier ha comenzado a lanzar en contra de Sergio Salomón Céspedes, el presidente del Congreso poblano y coordinador parlamentario de Morena, al acusarlo de aliarse con el PRIAN, en pos de la aprobación de dicho cobro para la Comuna capitalina cuyos ingresos podrían superar los 140 millones de pesos anuales.
Incluso, el periódico de Mier, al igual que El Sol de Puebla, la tibia exvocería de Claudia Rivera, intentaron subir a la puja por el aval o no al DAP al gobernador Miguel Barbosa, quien ya fue muy puntual y claro al afirmar que su discusión y posible aprobación son facultades exclusivas de los diputados locales.
Que lo entienda, quién lo quiera entender.
¿Acaso hay algún solo ciudadano que esté conforme con el servicio de alumbrado en la capital y que no haya pedido su mejoramiento en algún momento?
Así, Ignacio Mier está enrolado ya en su primer round de sombra en contra de Lalo Rivera, quien medirá su fuerza política como cabildero de su ya polémica Ley de Ingresos 2022.
Las huestes de Mier Velasco, como Leobardito Rodríguez y Carlos Evangelista Aniceto, han demostrado que la desmemoria y la amnesia selectiva serán siempre sus distintivos como integrantes de la pipitilla política de Puebla.
Al ahora regidor y extesorero de la infame gestión de Rivera Vivanco ya se le olvidó que él era uno de los principales impulsores del DAP hace apenas unos meses cuando declaró que en las reuniones del proceso de entrega-recepción impulsó su inclusión en el paquete fiscal del próximo año del actual Ayuntamiento de Rivera Pérez.
“No entendieron jamás (los diputados locales) que significaba este concepto y causaron hoyos en las haciendas municipales, pero ojalá que esta legislatura (la actual), ojalá porque es el bien de los poblanos, ojalá lo discuta con seriedad y pueda devolvérselo a los ayuntamientos, pero el ayuntamiento está consciente de la necesidad de incorporar este concepto a su ley de ingresos”, declaró en el pasado reciente el desmemoriado y marginal regidor morenista.
Lo mismo sucede con Evangelista Aniceto, quien jamás se opuso a que Claudia Rivera cobrara el Derecho de Alumbrado Público todo el 2019 hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo declaró como inconstitucional en la acción identificada con el expediente 87/2020 al argüir que esta facultad recaudatoria era exclusiva de la CFE con base a los lineamientos determinados por el Congreso de la Unión.
Es decir, el Ayuntamiento de Puebla, durante la era de Rivera Vivanco, ya cobraba este impuesto, pero ni Ignacio Mier ni Evangelista ni Leobardo Rodríguez en su momento se manifestaron en contra como hoy lo hacen.
Vaya exhibición de incongruencia y desmemoria.
Y es que, el verdadero trasfondo político de todo esto es que Nacho Mier a como dé lugar busca impedir que Lalo Rivera obtenga más recursos para su gobierno municipal y con ello caminar de una mejor forma durante su primer año de labores, el cual es de vital importancia tras la caótica gestión de Claudia Rivera.
El hecho no es un “tarifazo” en contra de la economía de los poblanos, ya que este cobro ya existía en el pasado y fue aprobado por una alcaldesa emanada del Movimiento Regeneración Nacional, el fondo es la bolsa extra con la que Rivera Pérez contará para consolidar a su gobierno municipal.
Algo es cierto, el alcalde poblano necesita, sí o sí, los votos de los diputados de Morena identificados con el gobernador Barbosa y liderados por Céspedes Peregrina, pero el mandatario poblano, como lo ha hecho a lo largo de su administración, será ajeno a esta discusión en el Congreso local.
Aunque a algunos obnubilados y nostálgicos de la era morenovallista les cuesta aceptarlo, la sublevación del Legislativo poblano hacia el Ejecutivo se acabó el 24 de diciembre del 2018.
Veremos si Eduardo “Rasputín” Alcántara, quien ya traicionó a Genoveva Huerta, le consigue los votos necesarios, tras la negativa de Aurora Sierra y Mónica Rodríguez Della Vecchia, quienes se mantiene en la causa de la diputada federal indígena, en la fracción del PAN a Rivera Pérez para aprobar el DAP y con eso hacer méritos para conservar su nombramiento como coordinador parlamentario del albiazul.
El encargado de convencer a los legisladores morenistas, lo sabemos, será Jorge Estefan Chidiac, un verdadero lobo de mar, a quien no le faltan tamaños ni tablas para sacar adelante la Ley de Ingresos de Puebla capital.
El DAP será un punto de inflexión para lo que está por venir en el futuro de Puebla.
Su aprobación, hasta este día, es de pronóstico reservado.
Off the record
Ahora que la posible alianza entre Morena y el PRIAN para aprobar el Derecho de Alumbrado Público fue calificada como “aberración”, no está demás hacer la siguiente pregunta:
¿Qué votos necesita Morena en la Cámara de Diputados para aprobar la retrograda y arcaica Reforma Energética de Andrés Manuel López Obrador?
Así es, los del PRI.
¿El amasiato PRIMOR cómo será nombrado?
“Aborrecible” podría ser un buen calificativo.