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Las elecciones del 2024 no serán un día de campo

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Una de las muchas reflexiones que Julio Huerta hizo en la charla exclusiva con El Incorrecto sobre las elecciones del próximo año a la que se le debe poner mucha atención es que para nada serán –como algunos encuestadores cercanos a Ignacio Mier así lo aseguran– un día de campo para Morena.

Decir que el Movimiento Regeneración Nacional va a arrasar por dos dígitos los próximos comicios es una mentira bastante peligrosa para el partido lopezobradorista y sus aspirantes a cualquier cargo de elección popular.

Sí, es innegable que el morenismo es la fuerza política hegemónica en Puebla y en el país y que su delantera frente al bloque aliancista Va por México puede llegar hasta los 20 puntos, pero algo pasa, al menos en la entidad poblana, que en los cruces con candidato-partido esa ventaja desparece y hasta se reduce de manera crítica.

Ahí está el claro ejemplo del Estado de México, entidad en donde muchas casas encuestadoras hicieron el ridículo al asegurar que Delfina Gómez ganaría por veinte puntos, pero al final la diferencia con Alejandro del Moral fue de ocho unidades.

La de Puebla, para nada será como la elección del Edomex.

Huerta Gómez, quien es de los pocos aspirantes que tiene una probada habilidad como un operador político vigente, sabe que los comicios del próximo año serán bastante competitivos y cerrados.

“Lo que tenemos que privilegiar es la unidad, porque la batalla del 2024 no va a ser un día de campo. Va a ser una elección con sus propias características especiales y una de ellas, muy importante, es que nuestro presidente de la República (Andrés Manuel López Obrador) no va a estar en la boleta ni en la elección”.

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Mucho se le puede criticar a Julio Huerta, pero no su pulso en tierra y su lectura política.

El último gran operador de la izquierda poblana sabe que ni con López Obrador en la boleta se pudo arrasar en Puebla durante las fraudulentas elecciones del 2018 cuando Miguel Barbosa ganó por ocho puntos, de acuerdo con las estimaciones de los conteos de salida que se hicieron públicos la noche del primer domingo de julio de ese año.

Y vaya que el tsunami lopezobraodorista hizo milagros en esa elección como llevar a personajes desconocidos, hasta ese entonces, en la política poblana a ganar cargos importantes como diputaciones federales, locales y alcaldías como la capitalina y de la zona metropolitana.

La lectura del extitular de la Segob no debe tomarse a la ligera.

Sí, las elecciones del 2024 serán la gran prueba de fuego del lopezobradorismo en el país, pero también será su primera vez en el banquillo de los acusados, lugar que, hasta hoy, no habían ocupado al asumir el papel del gran opositor del poder en turno.

Es innegable el fenómeno electoral y político que representa López Obrador, pero tampoco puede olvidarse que los votantes, en cualquier parte del mundo, tienen un voto de castigo bastante copiosa en contra de sus gobernantes.

El juicio contra AMLO y Morena no será la excpeción.

¿Esto alcanza para evitar que la 4T retenga por un sexenio más el gobierno federal?

Todo indica que no.

Sin embargo, las elecciones locales pueden ser bastantes cerradas y hasta complicadas para el morenismo si es que la oposición logra prender entre el electorado y vence al abstencionismo en el 2024.

El panorama en Puebla para Morena, insisito, no será para nada fácil.

Pocos son los aspirantes que han alzado la mano para abanderar al lopezobradorismo que realmente suman al partido marrón y que le pueden plantar cara a Eduardo Rivera, quien es la principal amaneza de Morena en la entidad, como así lo muestran las encuestas serias, fiables y lejanas a los intereses de Mier Velazco.

Las elecciones del 2024 serán de pronostico reservado.

Off the record

¿Alguien en su sano juicio puede creer que Nacho Mier ya recibió “la pinche señal” por parte de López Obrador para ser el candidato de Morena en Puebla, incluso antes que la propia Claudia Sheinbaum, quien está en plena disputa interna para ser la abanderada presidencial?

Resulta inversomil, por decir lo menos, que Mier Velazco ya haya sido bendecido por AMLO para el 2024 –como así ya lo juran y perjuran los cercanos del diputado federal– sin antes definir qué estados estarán reservados para mujeres y quién será el o la candidata a la presidencia de la República.

¿A poco Mier tiene más importancia que Sheinbaum Pardo?

A Moisés Ignacio le urge esparcir la especie de que la contienda interna en Puebla ya está definida para evitar que Alejandro Armenta, Julio Huerta y Olivia Salomón lo sigan rebasando en las encuestas.

Lo único cierto es que primero se ungirá a Claudia Sheinbaum como la candidata presidencial para que ella también decida con quiénes gobernará en las entidades que renovarán sus gobiernos locales.

Esto es parte natural de la herencia del poder.

Una vez elegida, Sheinbaum será vista como la nueva reina.

Una reina que mucho intervendrá en la selección de los nueve candidatos de Morena en los estados que tendrán elecciones concurrentes.

Puebla está entre las prioridades de la futura presidenta de la República.

Hay cuentos que ni ellos se creen.

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