Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Se equivocan, como de manera regular lo haces, aquellos malversadores que quieren colocar a Lilia Cedillo como el alfil de Alfonso Esparza para sucederla en la rectoría de la BUAP a partir del 4 de octubre.
Ni heredera y mucho menos carta marcada.
Cedillo Ramírez es un perfil cien por ciento surgido en las aulas y cuyos trabajos académicos y de investigación la han colocado como un cuadro ajeno a la política que se hace dentro y fuera de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y sin ningún vínculo con los grupos que dominan en el presente a la máxima casa de estudios de la entidad.
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Resulta ofensivo y hasta denigrante aquellas columnas y análisis que quieren vincular a la Doctora Lilia con el corrupto rector de la BUAP, pues más allá de los escándalos que arrastra Esparza Ortiz, en los que nadie se quiere ver involucrados, ponerla como la tapada del esparcismo es invisibilizar su gran trayectoria universitarias y sus logros que la han llevado a ser la aspirante con más posibilidades de convertirse en la primera mujer en llegar a la rectoría de la Benemérita poblana.
En la época del empoderamiento femenino, Lilia Cedillo es un ejemplo a seguir, ya que sus investigaciones sobre el comportamiento del Covid-19 han sido fundamentales en Puebla para conocer un poco más sobre el virus que ha infectado a una parte de la población mundial.
Desde su laboratorio en el Centro de Detección Biomolecular de la BUAP, la doctora en microbiología por el Instituto Politécnico Nacional ha hecho diversos ensayos y análisis para prevenir a la población sobre la pandemia del Coronavirus, pero también se convirtió en una voz autorizada para recomendar diferentes estrategias para hacerle frente a la crisis sanitaria en el estado.
Como lo comenté en una entrega anterior, la Doctora Lilia se encamina para ser la primera rectora de la Universidad Autónoma de Puebla con un perfil académico sin nexos políticos ni la bendición del rector en turno.
Y es que, Cedillo Ramírez, de manera discreta y con el respaldo de un equipo cercano que conocen muy bien la dinámica de la BUAP, ha logrado ganarse el respaldo de la “familia universitaria”, la cual ha comenzado a inclinar la balanza a favor de la responsable del Centro de Detección Biomolecular y vocera de la comisión institucional para el Covid-19.
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No sorprende que la nueva estrategia de los opositores a Lilia Cedillo sea relacionarla con Alfonso Esparza, quien es ya un laste para la comunidad universitaria y quien ya tiene listas sus maletas para desaparecer una vez que culmine el último día de su segundo periodo al frente de la BUAP, pero no hay ninguna prueba o teoría que vinculen al corrupto rector con la integrante del Sistema Nacional de Investigadores.
La Doctora Lilia está tan alejada de Esparza Ortiz que a lo largo de los ocho años que duró el rectorato de aquel no ocupó un solo cargo administrativo o alguna dirección cercana al ex tesorero en la era agüerista.
Para los que conocen bien los tiempos y proceso de la BUAP, saben que para construir una candidatura a rector se debe pasar por la vicerrectoría, la secretaría general, la dirección jurídica, tesorería o alguna otra dirección del primer nivel en el organigrama rector de la máxima casa de estudios poblana.
A diferencia de la investigadora, Óscar Gilbón, Guadalupe Grajales y Porras, quien es la principal rival de Cedillo, Rosa Isela Ávalos y José Carlos Bernal, que forman parte del primer círculo de Alfonso Esparza y que han mostrado su interés de competir por la rectoría, sí ocuparon direcciones administrativas desde las cuales comenzaron a construir sus proyectos particulares para la sucesión de este año.
Solo basta con repasar el currículum de la Doctora Lilia para reconocer la lejanía entre ella y Alfonso Esparza.
Cedillo Ramírez es egresada de la Preparatoria Benito Juárez y es licenciada por la Escuela de Ciencias Químicas. Obtuvo la Maestría y el Doctorado en el Instituto Politécnico Nacional y realizó un post doctorado en Alabama, Estados Unidos.
En la era de Enrique Doger fue directora del ICUAP, vicerrectora de Extensión y Difusión Cultural, directora del Complejo Cultural Universitario y actualmente dirige el Centro de Detección Biomolecular.
¿En dónde se encuentra la cercanía con Esparza Ortiz?
Solo los malversados y obnubilados de siempre la ven.
Lo que sí es cierto es que Alfonso Esparza, por más que lo intento, tuvo que sacar las manos de su proceso de sucesión ante la tormenta que se le avecina.
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Los problemas legales y fiscales de “El Tío Poncho”, sus cómplices y sus sobrinas propiciaron que el rector, que seguramente será otro prófugo de la justicia, no pueda dejar a un delfín que le cuide las espaldas una vez que tenga que deje la rectoría de la BUAP.
La Doctora Lilia Cedillo no es ni el alfil ni la carta marcada.
Seriedad, señores.