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Los días de Doña Rosario Orozco

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¿Qué sigue después de haber perdido a tu compañero de vida?

Para algunos la vida se acaba, para otros se tiene que aprender a vivir de nueva cuenta.

Miguel Barbosa y Doña Rosario Orozco pasaron más de la mitad de sus vidas juntos.

Ambos formaron una hermosa familia complementada por sus dos hijos, Miguel y Rosario.

El desamparo que dejó en los tres es notorio.

Tan solo basta ver las fotografías y videos durante los homenajes y el funeral en Tehuacán en los que Rosario Orozco y sus hijos custodiaban el ataúd del exmandatario poblano.

Doña Rosario Orozco mantiene una entereza y un temple extraordinarios.

La viuda de Miguel Barbosa lo demostró otra vez en el homenaje que el gobernador Sergio Salomón Céspedes le rindió la mañana de este jueves en el Centro Expositor duranta la protesta de su esposa Gabriela Bonilla como la nueva presidenta del Patronato SEDIF de Puebla.

Sobra decir que Gaby continuará y estará a la altura de la encomienda al frente del DIF estatal.

El matrimonio Céspedes Bonilla es la pareja perfecta darle continuidad a los proyectos sociales que enarbolaron Miguel Barbosa y su esposa.

Enfundada en sus prendas negras, Doña Rosario le rindió un nuevo homenaje a su fallecido esposo, quien, como bien lo dice su epitafio escrito en su lápida en el panteón de su querido Tehuacán, “jamás se supo rajar”.

Nadie mejor que su compañera de vida para seguir poniendo en alto el legado del exgobernador Miguel Barbosa.

No existe otro persona tan indicada para contar la historia del exmandatario que su compañera de mil batallas.

Durante casi cuatro décadas, Miguel y Rosario lucharon hombro a hombro para lograr que la izquierda del país y el lopezobradorismo ocupe el lugar que hoy ocupa.

En Puebla, solo los Barbosa Orozco pueden presumir el derecho de antigüedad con el presidente de la República.

Por supuesto que la vida ahora es otra para Doña Rosario Orozco después del 13 de diciembre del 2022.

Solo ella sabe lo que sucedió la noche antes y los días posteriores.

Las condiciones de la muerte de Miguel Barbosa, la atención médica, las charlas con el presidente López Obrador, con Adán Augusto, el cónclave con el primer círculo del exgobernador y las indicaciones que éste le dejó para cuando llegase este funesto día, que nunca tuvo que llegar.

Doña Rosario es la entereza de una mujer que supo ser la mejor consigliere de un gobernador.

Ejerció el poder sin ejercerlo en forma.

Estuvo involucrada en todos los asuntos públicos sin que la ambición ni la corrupción le mancharan las manos.

El poder no la sedujo ni se dejó seducir por él.

A diferencia de otras primeras damas (un término ya en bastante desuso), por la mente de Rosario Orozco jamás pasó la idea de ser ella la gobernadora suplente ni mucho menos la sucesora de su marido.

Las ofertas no faltaron.

Su nombre, sobra decirlo, sí fue propuesto.

Ni en esos momentos de oscuridad, Doña Rosario perdió la luz de un sabio juicio.

Seguro es que, en su intimidad, la exesposa de Miguel Barbosa se quiebra y se vuelve vulnerable.

Pero la viuda de Miguel Barbosa tiene dos razones para continuar con sus días: sus adorados hijos, Migue y Charito.

Los días de Doña Rosario Orozco son otros desde diciembre del año pasado.

Días diferentes.

Días de ausencia.

Sus propios días.

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