Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Así como a en el gobierno federal a Olga Sánchez se le conoce como “Doña Florero” por su inoperante trabajo al frente de la Secretaría de Gobernación y en el equipo compacto del presidente Andrés Manuel López Obrador, David Méndez, desde que asumió la titularidad de la Segob en Puebla, se convirtió en un gran jarrón chino tanto en la dependencia estatal como en el grupo cercano del gobernador Miguel Barbosa.
Ya sabemos lo que representa un jarrón chino en el gobierno federal: son llamativos, estorbosos y no sirven para nada.
A Méndez Márquez no sólo le quedó enorme el puesto de secretario de Gobernación en Puebla, también comenzó con una estrategia de llevarle las contras a Barbosa Huerta.
En una entrega anterior de las Historias de un Joven Reportero narré que David Méndez llevaba más de cuatro meses sin ser recibido en la oficina del gobernador Barbosa, pues el mandatario poblano, al poco tiempo, se dio cuenta de las carencias y limitaciones del que se suponía era su hombre más fuerte en la estructura gubernamental.
Ver: Tolerancia Cero: el sello de Barbosa para gobernar
El Pequeño David no operaba, no solucionaba conflictos ni muchos menos generaba puentes de comunicación con los principales actores políticos y los activistas en la entidad poblana.
El Señor Jarrón, quien también es conocido como el Príncipe de las Traiciones, sólo hacía las famosas “horas nalgas” en su oficina en Casa Aguayo ante su ineficiencia en la secretaría creada para generar la estabilidad y gobernanza del estado, pero también para “apagar todos los fuegos” que se generan en el día a día.
Y es que la llegada de David Méndez tenía el objetivo de ser una válvula de escape para Miguel Barbosa, quien era el gran solucionador de todos los problemas y crisis de su gobierno y el único operador en la estructura estatal.
No sólo eso, su acomodo en la Segob Puebla, tras el controversial paso de Fernando Manzanilla, era un free pass para disputarle a Gabriel Biestro el membrete de aspirante barbosista a la candidatura de Morena por la alcaldía de la Angelópolis.
Ni con todo el foco ni la estructura que la propia Secretaría de Gobernación le otorga a su titular, El Señor Jarrón logró posicionarse como un corredor fuerte en la carrera rumbo a los comicios intermedios del 6 de junio en la capital.
¿Qué hizo David Méndez ante sus carencias y su inoperancia?
Comenzó a conspirar contra Biestro Medinilla y contra su propio jefe.
Ver: Ni deslealtad ni corrupción
Desde la subsecretaría de la SEP, a cargo de su pareja Alejandra Domínguez, el Príncipe de las Traición, como lo exhibió el quintacolumnista Mario Alberto Mejía, montó una estructura alterna con reconocidos miembros del Yunque para operar a favor de Eduardo Rivera, el precandidato del PAN al Ayuntamiento de Puebla.
(No está de más recordar que el Pequeño David y su novia se conocieron en el Cabildo del Amor, como así se le conocía al consejo que presidió Rivera Pérez del 2011 al 2013 y que vio nacer varios noviazgos, amasiatos e infidelidades maritales que se hicieron de dominio público).
Quien esto escribe reveló este miércoles que Mercedes Aguilar, ex secretaria particular del siniestro Rafael Moreno Valle y hoy precandidata a regidora suplente en la planilla de Lalo Rivera, es aviadora en la SEP, plaza con la que a la fecha cuenta gracias al halo de impunidad otorgado por la pareja del Señor Jarrón.
¿De qué otra forma se puede explicar que la particular de Moreno Valle siga cobrando mensualmente en la nómina de la SEP sin presentarse a trabajar más que con la protección de Alejandra Domínguez?
Ver: Genoveva Huerta cuela a aviadora de la SEP en la planilla de Lalo Rivera
La traición y el rencor mueven a David Méndez.
Así lo dejó expuesto en su entrevista con El Sol de Puebla, uno de los medios caídos en desgracia tras la muerte del oscuro Rafael y que golpean sistemáticamente a Barbosa, pues Méndez Márquez aseguró que su salida del gobierno del estado se debió a “incompatibilidad política” tras la llegada de Ardelio Vargas a la subsecretaría de la Segob.
La realidad es que la renuncia del Señor Jarrón estaba ya determinada desde hace semanas por su ineficiencia y traición, sólo que su cese llevaría impregnado el sello de la casa con el que se les trata a los desleales y corruptos.
El gobernador Barbosa dicta cuándo y cómo.
El Pequeño David encontró en la llegada de Vargas Fosado, quien sí es un operador de primera línea en Puebla, el pretexto perfecto para justiciar su salida del gobierno barbosista por la puerta de los traidores.
En la charla con la exvocería morenovallista, el Príncipe de las Traiciones fue más allá, pues a pregunta expresa de qué opinaba del disparate de Claudia Rivera de intervenir en plena pandemia el Centro Histórico, David Méndez se hizo de la vista gorda y hasta validó el trabajo de la peor alcaldesa del país.
Está claro para quien trabaja desde hace meses el Señor Jarrón.
No será ninguna sorpresa que, en los próximos días, la madre del Príncipe de la Traición, Rosa Márquez, decline a favor de Rivera Vivanco.
No hay peor que un jarrón chino lleno de despecho y rencor.
Ya bien lo dijo el ex presidente español Felipe González: “los grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños se supone que tienen valor y nadie se atreve a tirarlos a la basura, pero en realidad estorban en todas partes”.
Lo bueno que David Méndez es un jarrón pequeño y carente de talento alguno.
Eso sí, estorba mucho.