Por Osvaldo Macuil / @OsvaldoMacuil
Cada tres años vemos las mismas escenas. Candidatos que llegan a San Andrés Azumiatla a pedir el voto de una de las comunidades más pobres de la capital poblana, y hacer promesas que muy rara vez llegan a cumplir cuando ganan las elecciones.
Esta junta auxiliar se encuentra a casi 40 minutos de la zona de Angelópolis, una de las de mayor plusvalía, no solo de Puebla, sino del país.
Esto denota los contrastes que tiene la ciudad de Puebla. Por un lado hablamos de la cuarta ciudad más importante de México, con universidades de prestigio y atracciones turísticas de primer nivel.
Y por otro lado tenemos cifras vergonzosas como el hecho de que la capital es el segundo municipio con más pobres en México, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Azumiatla forma parte de esta estadística negra. Gobierno van y vienen, pero las condiciones de vida no cambian para los habitantes.
Claudia Rivera Vivanco, la aspirante de Morena que busca la reelección, acudió a pedir el voto a esta comunidad el domingo 9 de mayo. Pero no solo ha sido ella. Cada proceso electoral llegan candidatos de todos los partidos que ofrecen el cielo y las estrella. Al final solo ven a la gente como un botín electoral.
Como olvidar cuando en 2016, Tony Gali arrancó su campaña a gobernador en esta junta auxiliar. Tres años antes ya la había visitado para pedir el voto rumbo a la alcaldía.
En 2019, Alberto Jiménez Merino también inició campaña a gobernador por el PRI en Azumiatla, y hasta llevó al defenestrado Mario Marín Torres, quien como alcalde de 1999 a 2002 y como gobernador entre 2005 y 2011, poco hizo para sacar de la pobreza a la junta auxiliar.
En cada elección vemos las mismas imágenes. Candidatos que caminan por calles sin pavimentar, que pasan por casas con paredes de madera o techos de lamina. Personas de la tercera edad que no saben leer y escribir, y muchas de ellas que no hablan español.
Ahora hasta Antorcha Campesina tiene peso en la zona, y ellos mejor que nadie, saben cómo lucrar con la pobreza.
De las cosas que llegan a cambiar de vez en cuando, es el color de la presidencia auxiliar, que va en sincronía con el partido que gobierna la capital. Hoy es color guinda por razones que sobra explicar. Hace unos años fue azul y más atrás en el tiempo fue verde.
Después del 6 de junio, sabremos si se mantiene color Morena o cambia a un tono que salga de la mezcla del PRIANRD. Lo cierto es que la marginación y rezago seguirán sin diferenciar al ganador de la contienda.