Una llamada poco esperada entró al celular de la nueva lideresa estatal del PAN Augusta Díaz de Rivera el pasado fin de semana.
No, no se trataba del número de Genoveva Huerta para reconocer una semana después su derrota en la interna panista y para comenzar un proceso de entrega-recepción lo antes posible a fin de que el partido azul no continué dañándose.
Tampoco la conexión venía del dispositivo del impresentable Jorge Aguilar Chedraui para pedir disculpar por financiar con black money todo tipo de ataques, guerra sucia y campañas negras en contra del alcalde Eduardo Rivera, en contra de Díaz de Rivera y de Marcos Castro.
En la pantalla del teléfono móvil de la exregidora capitalina apareció el nombre de Marko Cortés Mendoza, el fantasmal presidente de Acción Nacional quien decidió sacar las manos del proceso de renovación del Comité Directivo Estatal poblano y no controlar los berrinches de Huerta Villegas.
El líder nacional del PAN sorprendió a la propia Tití Díaz con su llamada para felicitarla, en privado, por el triunfo, que él calificó como “contundente” en la elección interna del pasado 14 de octubre.
Aunque la breve charla dejó un sabor de boca amargo para la presidenta virtual del panismo poblano, pues su pronunciamiento no se ha hecho público, lo que abonaría a la certidumbre de su triunfo ganado en las urnas, Díaz de Rivera escuchó atenta los parabienes del michoacano y sus justificaciones para no interceder hasta ahora en el conflicto postelectoral que la “Exjefa Geno” piensa llevar hasta tribunales federales.
En resumidas cuentas, Corté Mendoza argumentó que su pasividad para dar un manotazo en la mesa se debe a que está respetando el derecho con el que Genoveva cuenta para impugnar los resultados de la interna, pero que esto no va a proceder de ninguna forma ante lo endeble de los argumentos esgrimidos por la diputada federal indígena.
Durante la llamada que no duró más de 10 minutos, el líder nacional panista reconoció que Huerta Villegas utilizó de forma ventajosa las instancias del partido como el propio CDE y la Comisión de Elecciones para inclinar la balanza a su favor y aun así no logró ganar con el voto de la militancia.
Sobra decir que Marko ya abandonó a Genoveva Huerta, quien intentará estirar la liga o hasta romperla con tal de negociar algo para no terminar perseguida y hasta demandada por los malos manejos fiscales del partido.
Con su reelección en el bolsillo ante la falta de una planilla opositora que le pueda disputar la presidencia del CEN, Huerta Villegas ya no le es de valor a Cortés Mendoza, quien ya no necesita a la poblana ni a sus consejeros nacionales sobre los que todavía tiene injerencia para mantenerse otros tres años como líder del partido en México.
Para Marko Cortés los dirigentes del PAN en Puebla son uno y se llaman Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro.
Mientras más avancen los días, Genoveva Huerta se irá quedando sola hasta que ni el marginal Aguilar Chedraui la acompañe en su caída.
Solo la “Exjefa Geno” sabrá hasta dónde llegar con esta batalla que está más que perdida y cuya agonía puede terminar por hundirla y exhibirla aún más.
Es cuestión de tiempo.
Defendiendo lo indefendible
Tuvieron que pasar más de 48 horas para que Ignacio Mier Velazco saliera en defensa de su hijo Nachito Junior tras la ejecución de tres agentes de la Fiscalía General del Estado a manos de policías municipales de Tecamachalco.
El presidente de la Cámara de Diputados, quien ya perdió cualquier posibilidad de abanderar a Morena en el 2024, repitió palabra a palabra la columna que su socio, el periodista Arturo Rueda escribió en su columna Tiempos de Nigromante del lunes publicada en su periódico Diario CAMBIO.
Mier Velazco, como era de esperarse, escurrió el bulto, pues pidió que la FGE no haga un juicio anticipado, no sin antes ‘curarse en salud’ al referir que respeta a la dependencia que encabeza Gilberto Higuera, y que su actuar sea “autónomo”.
¿A qué exactamente se refiere el expriista con un actuar “autónomo alejado de otros intereses legítimos que pueden violentar el debido proceso?
En lugar de estar pensando en conspiraciones, que solo existen en su cabeza, en su contra, Nacho Mier debería reprender a su hijo por ser un verdadero inútil, reconocer que fue un error imponerlo como alcalde de Tecamachalco y también asumir como suya la responsabilidad de nombrar al delincuente Alejandro Santizo, como secretario de seguridad municipal.
Al coordinador de los diputados federales lopezobradorista le urge un buen asesor de medios de comunicación y buen publirrelacionista que lo ayude a declarar en público, porque cada vez que abre la boca termina por ensuciarse cada vez más.
Pobre Tecamachalco, Pobre Puebla, Pobre México.