La última encuesta publicada por el periódico Reforma se convirtió en un envión anímico para el lopezobradorismo y un verdadero balde de agua fría para la oposición luego semanas en las que Morena estuvo contra las cuerdas y la alianza entre el PRI, PAN y PRD se engrandeció una vez que logró bloquear la Ley Bartlett en el pleno de la Cámara de Diputados.
Los números arrojados por el sondeo nacional realizado del 26 de abril al 1 de mayo entre mil adultos con credencial de elector debe analizarse en dos vertientes bien claras: Andrés Manuel López Obrador sigue siendo el motor de Morena; mientras que el PRIANRD aún no cuenta con un perfil que pueda plantarle cara a los dos principales fichas, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, del presidente de la República.
El Movimiento Regeneración Nacional, sobre decirlo, echó campanas al vuelo tras la publicación de Reforma, pues los entrevistados perciben más fuerte a la alianza encabezada por Morena que al bloque opositor: el 58% cree que es más sólida la alianza entre el partido lopezobradorista, el PT y el Verde Ecologista.
A pesar de todos los esfuerzos y la lucha que ganaron en el marco de las reformas de la Ley Energética, solo el 17% considera que es más fuerte la alianza entre panistas, priistas y perredistas por encima del bloque oficialista.
También, el Movimiento Regeneración Nacional y sus aliados aventajan en cuatro de los seis estados que renovarán sus gubernaturas en junio próximo, al decir de la encuesta también publicada esta semana por El Financiero.
Los estados donde se ve más marcada la ventaja de Morena son Oaxaca y Quintana Roo, que cuentan con 17 y 15 puntos de diferencia en relación al segundo lugar.
Aguascalientes es la única entidad segura para la oposición y su abanderada Tere Jiménez.
En Durango, la alianza PAN-PRI-PRD cuenta, según el sondeo, con 46% de la intención de voto, apenas cuatro puntos arriba de Morena.
(El inútil Nacho Mier, delegado del CEN marrón en aquel estado, se perfila para consumar otro fracaso a su ya lista negra para dejar claro que ni como cabildero legislativo ni como operador electoral sirve).
Otro dato que resulta bastante revelador es que el 65% considera que para el país será mejor que gane un candidato que dé continuidad al proyecto del presidente López Obrador.
Y esto se remata con la recuperación en la aprobación del presidente López Obrador, ya que su popularidad subió 4 puntos en los últimos meses, colocándose en el mismo nivel de hace un año, aunque estos números a mitad de su sexenio son similares a los que tenían los priistas Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo.
El periódico también preguntó en su más reciente encuesta: «Si hoy hubiera elecciones para presidente de la República, ¿por cuál partido votaría?». Así, 43% de las personas declaró que lo haría por Morena y, después, con un porcentaje muy lejano del 20%, se pronunciaron a favor del PAN.
Sin embargo, no todo fue malo para la desmoralizada oposición, pues aunque la cruda después de la Ley Bartlett, es o ha sido, bastante aguda, su lucha contra las reformas de López Obrador sí fueron bien vista.
A la pregunta “¿Considera que quienes piensan diferente a AMLO son traidores a la patria o tienen derecho a discrepar del presidente?”, estas fueron las respuestas: 69% manifestaron que los legisladores tienen derecho a discrepar, mientras que el 24% sí los consideró como traidores a la patria.
Tal vez el único rayo de esperanza para la alianza entre el PRIANRD sean los puntos débiles de Andrés Manuel y en el que se deben enfocar, que es la inseguridad, pues el 81% de las personas considera que los feminicidios han aumentado, 67% opina que la violencia en el país y 62% que la presencia del crimen organizado se ha crecido en los últimos 12 meses.
Si bien los números de Reforma son una pesada losa para el bloque Va por México rumbo al 2024 tampoco Morena debe echar las campanas al vuelo, pues, como lo mencionamos en líneas anteriores, Salinas de Gortari y Zedillo llegaron a esta etapa de gobierno con números bastantes similares a los de López Obrador y para nada fueron a un día de campo en sus sucesiones.
Ernesto Zedillo, hay que recordarlo, tuvo que cargar con la derrota y entregar el poder al PAN tras 70 años de monopolio priista.
Se equivocan quienes piensan que el escenario actual se repetirá en los comicios, locales y federal, del 2024, pues al ser una elección concurrente las reglas, sin lugar a duda, son otras.
Los números son fríos, es correcto.
Pero, también existen matices en los que Morena ahora será el partido en el poder y tendrá que enfrentarse al desgaste natural del quehacer gubernamental.
¿Puebla seguirá la inercia nacional o mantendrá la moneda en el aire como sucedió en el 2021?
El camino al 2024 apenas inicia y hay falta mucho por analizarse.
Ahora sí: serenos, morenos.
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