Morena y la reconquista del voto de la clase media
Uno de los principales diagnósticos que arrojaron los primeros análisis en el búnker de Morena tras resolver la candidatura al gobierno de Puebla fue que la próxima elección –como se mencionó en este mismo espacio desde el 2021 luego de los resultados que arrojaron los comicios intermedios de ese año– para nada será un día de campo para la 4T.
El destape formal de Eduardo Rivera a mediados de octubre en el marco de su segundo informe de labores fue un factor externo que llevó al CEN del Movimiento Regeneración Nacional a no meter mano para imponer a Ignacio Mier y apostarse por Alejandro Armenta, quien era el único aspirante que le garantizaba plantarle cara y arrancar con una ligera ventaja frente al panista rumbo al proceso electoral del próximo año.
Quien crea que la elección del primer domingo de junio del 2024 ya está ganada para el partido marrón que mejor revise los históricos de votación y cómo el voto del Frente Amplio por México en Puebla, conformado por el PAN, PRI y PRD, se recompuso tras los descalabros del 2018 y del 2019; mientras que la base de sufragios de Morena y aliados ha presentado un comportamiento bastante volátil y hasta a la baja en buena medida por el pésimo desempeño que tuvieron algunos alcaldes y alcaldesas de la capital y la zona metropolitana.
Retomando el inicio de esta columna, la dirigencia nacional morenista tiene bien identificado que uno de los principales problemas por los que atraviesa la llamada Cuarta Transformación es el desencanto de los electores que llevaron al Movimiento lopezobradorista a arrasar las elecciones federales y locales del 2018, en especial, el de la clase media-alta y clase media.
Si bien es cierto que la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue siendo aprobatoria, así como el buen posicionamiento del partido en el poder, también es una realidad que la estrategia para ayudar a los damnificados del huracán Otis, así como la reconstrucción de Acapulco, además de la andanada contra el Poder Judicial, no fueron bien vistos por “los ciudadanos de a pie”.
El desenamoramiento de la clase media hacia López Obrador y Morena, en su mayoría, se refleja por la tasa de inflación que golpea más fuerte a este amplio sector poblacional del país.
En las calles se escucha con muchísima frecuencia la frase “ganamos igual y alcanza para menos”.
En México, en lo que va del sexenio de AMLO —de 2018 a 2023— se registra una inflación acumulada de 28.75%, de acuerdo con cifras del INEGI. Se puede observar que el Índice Nacional de Precios al Consumidor alcanzó un nivel de 130.61 puntos, lo que refleja un alza de alrededor de 30 puntos en estos cinco años recientes.
“El nivel de precios de la canasta de consumo mínimo es fundamental debido a esta cesta representa más de la mitad del gasto total que hacen las familias más pobres del país. El impacto es desigual entre hogares debido al poder adquisitivo laboral y la composición del gasto de los hogares.
En estos cinco años recientes, el nivel de precios por estrato de consumo mostró que en el grupo de hogares con menores ingresos las tasas de inflación son mayores. En el primer mes del 2023 la tasa de inflación en el estrato de un salario mínimo o menos la tasa de inflación era de 9.67% mientras que en el estrato de seis salarios mínimos o más fue de 7.41 por ciento”, precisa un reportaje del Economista titulado “Los precios en México acumulan una inflación de 28% en los 5 años recientes”.
No es un secreto que la clase media está desencantada con AMLO y con Morena.
La estrategia de postular a empresarios exitosos poblanos, como Olivia Salomón, Pepe Chedraui o Víctor Correau Galeazzi, para las alcaldías de Puebla capital y la zona metropolitana atiende a este mencionado diagnóstico de la dirigencia nacional de Morenista.
Estos perfiles ciudadanos y con vinculos empresariales tiene la clara intención de reconquistar a las clases media y media-alta de la Angelópolis y sus municipios aledaños, demarcación que en la actualidad es el bastión en el que el bloque opositor y Lalo Rivera basan sus esperanzas de recuperar el poder en el 2024.
Cierto como lo es, la capital del estado, así como las Cholulas, siempre han tenido una tendencia más cercana hacia Acción Nacional, pues la entidad poblana –como la Ciudad de México– son estados altamente urbanizados, lo que los hace más identificados hacia un voto más empresarial, estudiantil y “razonado”.
En números fríos, los sufragios de ciudad de Puebla y la zona metropolitana fluctúa entre el 35 y 40 por ciento del total de la votación del estado dependiendo de la participación ciudadana, que entre más alta sea –como lo será la del próximo año, que superará el 62 por ciento– mayor es su importancia.
Considero que la apuesta por perfiles ciudadanos y ya no tan identificados con la izquierda, como los que se postularon en 2018 y 2021 en las principales alcaldías de Puebla y que terminaron en un rotundo fracaso, es correcta, porque esto podría ayudar a difuminar un poco la mala imagen que aún arrastran las administraciones municipales de la 4T y que sigue siendo una losa bastante pesada de cargar.
El encuentro de la CATEM, de Pedro Haces, con Claudia Sheinbaum la noche de este miércoles, en el que estuvieron en primera fila Olivia Salomón y Pepe Chedraui, es bastante representativo de lo aquí planteado.
Además de postular al más aspirante más competitivo (Alejandro Armenta), la principal tarea de Morena en Puebla será la reconquista del voto clasemediero.
Una apuesta nada fácil de conseguir.
Off the record
Otra vez el género será un factor de bastante peso en la designación del candidato de la 4T a la alcaldía de la capital.
Así como lo fue en la interna por la candidatura al gobierno del estado, la cual definió de último momento las cinco entidades que fueron reservadas para mujeres, la Angelópolis entrará en una dinámica similar.
Me explico.
Con la postulación de dos hombres a las dos principales candidaturas en la elección del 2024, al gobierno y la primera fórmula al Senado, la candidatura a la alcaldía poblana podría recaer en una mujer como ya sucedió en el 2018 cuando Miguel Barbosa fue el abanderado en el estado, Alejandro Armenta al Senado encabezando la fórmula y Claudia Rivera fue enviada a competir a la Angelópolis.
Si bien es cierto que Pepe Chedraui es el aspirante más avanzado por el respaldo que tiene desde Casa Aguayo, el género podría estropear los planes del exdiputado local, quien ha hecho un gran trabajo de posicionamiento y de tierra.
¿Qué mujer es la única que puede robarle votos al PAN, partido que parte con ventaje en la lucha por el Charlie Hall?
La respuesta una vez más apunta hacia Olivia Salomón.