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“No habrá otro Chalchihuapan”

Corría el antepenúltimo año del sexenio de Rafael Moreno Valle cuando en el kilómetro 14 de la Carretera Federal a Atlixco en el que se ubicaba la pequeña y olvidada población de San Bernardino Chalchihuapan fue el epicentro de la debacle del gigante con pies de barro conocido como el…
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El 10 de julio del 2014 marcó un parteaguas en Puebla sobre el uso de la fuerza pública para reprimir manifestaciones por parte el gobierno del estado.

siguenosnews almanaque

Corría el antepenúltimo año del sexenio de Rafael Moreno Valle cuando en el kilómetro 14 de la Carretera Federal a Atlixco en el que se ubicaba la pequeña y olvidada población –hasta ese momento– de San Bernardino Chalchihuapan fue el epicentro de la debacle del gigante con pies de barro conocido como el morenovallismo.

Y es que, la mortal y sangrienta Ley Bala, que Moreno Valle creó de manera expedita para mostrar su cara más dictatorial, represora e intolerante, se estrenó en contra de los pobladores de la junta auxiliar de Santa Isabel Cholula, quienes se habían tomada la carretera para oponerse a la desaparición de los registros civiles en sus demarcaciones.

La megalomanía del fallecido Rafael manchó de sangre para siempre las hojas de las memorias poblanas.

“Por las buenas, bien, pero por las malas, mejor”, era una de las frases favoritas del expriista, que engrandecía los peores vicios del Revolucionario Institucional para gobernar.

Sí, Chalchihuapan es un episodio vergonzante para cualquier administración estatal y que ningún mandatario debería, si quiera, pensar en repetir, como bien lo mencionó el gobernador Sergio Salomón Céspedes.

“No habrá otro Chalchihuapan”, será una de las oraciones por las que Céspedes Peregrina será recordado siempre en su correcto quehacer como titular del Ejecutivo local.

Nadie, absolutamente nadie, quiere que en Puebla exista otro pasaje tan oscuro como el que se vivió hace cuatro años en el que elementos de la policía estatal atacaron de manera cruel y salvaje –amparados en una ley retrógrada y asesina– a un grupo de poblanos, entre los que estaba el pequeño José Luis Tehuatlie Tamayo, quien murió por el impacto de una lata de gas lacrimógeno en su cabeza, que ejercían su derecho a la libre manifestación.

Intentar desestabilizar a algún orden de gobierno para sacar raja política al provocar que las fuerzas policiales actúen otra vez como lo hicieron los efectivos a cargo del infame Facundo Rosas solo exhibe las limitaciones mentales y la poca sensatez de aquellos que buscan capitalizar para sus intereses electorales un enfrentamiento como el que se intentó montar el viernes pasado en la Vía Atlixcayotl, en el crucero de Centro Cultural Universitario.

Como ningún otro gobernador y ningún otro gobierno, Sergio Salomón y su administración se han caracterizado por la tolerancia, el dialogo y la conciliación para que la entidad puede seguir en esta ruta de paz y tranquilidad en la que está encaminada desde hace años.

Se equivocan aquellos que quieren ver a Céspedes Peregrina reflejado en el espejo de Moreno Valle Rosas.

El estilo y las formas del actual mandatario en nada se parecen a los del exgobernador fallecido, que fue señalad como represor en un sinnúmero de oportunidades por organismos internacionales y medios de comunicación de todo el mundo.

“No, señoras, y no, señores, no somos iguales, hay quienes quisieran otro Chalchihuapan y se quedarán con las ganas; este gobierno resuelve los conflictos con diálogo, sumando y generando puentes y entendimiento (…) Nuestro actuar nos da la calidad moral y el soporte ético.

El mensaje es claro y contundente.

Aunque a veces hay oídos sordos que se niegan a escuchar que Puebla es otra desde que Moreno Valle dejó –gracias a Dios– el gobierno del estado en el ya lejano 2016.

Ojalá esos mezquinos que buscan montar otro “Chalchihuapan” entiendan que ese pasaje sangriento en Puebla no debe repetirse a pesar de sus anhelos de alcanzar una curul en el Congreso local.

El salomonismo no es igual al morenovallismo.

Así de claro.

La lista de candidatos a diputados federales de Morena

A la espera de que se confirme la lista de los 16 candidatos a diputados federales de Morena, que fue filtrada el mediodía de este martes, se debe apuntar que estas nominaciones del Movimiento Regeneración Nacional, PVEM y PT, solo sirvieron como premio de consolación para aquellos aspirantes que alzaron la mano para otros cargos como la gubernatura o las alcaldías de la capital y la zona metropolitana.

Las posibles postulaciones de Claudia Rivera, Alejandro Carvajal, Norma Layón, Tony Gali López, Karina Pérez Popoca, Nora Escamilla o Toño López deben verse como monedas de cambio de aquellos que no obtuvieron la candidatura que en realidad buscaban.

Qué más da los ideales si se amarra hueso para tres años más.

Quedo demostrado también que las diputaciones federales son vistas por la alianza Sigamos Haciendo Historia como cuotas para sus “vacas sagradas” como sucede con Nacho Mier, quien ahora impuso a su hijo como candidato por el Distrito 8, con cabecera en Ciudad Serdán. 

La caballada de la 4T que buscará llegar a San Lázaro luce flaca, hambrienta y cansada.

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