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No nos va a amordazar, señora Claudia Rivera

columna historias de un joven reportero Gerardo Ruiz 1

Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc

Eran las primeras semanas del gobierno municipal de Claudia Rivera, la alcaldesa daba tumbos y no lograba enderezar su gestión que desde su toma de protesta fue desastrosa.

Sin un camino bien trazado y un gabinete plagado de inexpertos e incompetentes, Rivera Vivanco comenzó a dar sus primeros visos de la intolerancia y la poca receptibilidad a la crítica.

Si algún medio de comunicación exhibía algún nuevo tropiezo, caso de corrupción o ventilaba otro escándalo de su naciente, pero ya repudiado —en tiempo récord— gobierno municipal, la edil recurría a su inagotable argumento de hacerse victima de violencia política de género y de colocarse como objeto de una guerra sucia.

Ante la carencia no le quedó más que la simulación y el melodrama.

Y es que, desde las campañas electorales el equipo de Claudia Rivera le metió la idea de que la prensa y los periodistas eran sus enemigos y ella tenía la obligación de reivindicar y dignificar al oficio.

Suena a chiste, pero no es anécdota.

Tras recibir la invitación por parte de Armando Rocha, excoordinador de Comunicación Social del Ayuntamiento de Puebla, para asistir a una de las mesas semanales de seguridad, Rivera Vivanco y yo, al finalizar la reunión, intercambiamos algunas impresiones a las afueras del Salón de Protocolo sobre la aguda crisis en la que se hundió la Angelópolis desde la era morenovallista y que, durante su gestión, había tocado fondo.

El tema de seguridad pasó a segundo término y Claudia Rivera me pidió mi opinión sobre una estrategia para el trabajo con los medios de comunicación que quería impulsar.

La idea de Rivera Vivanco me pareció locuaz, por decir lo menos y calificarlo de forma decente.

La alcaldesa pretendía impulsar un manifiesto con ciertas condicionales para la prensa poblana, el cual, sería integrado por ella, como era obvio, y por sus radicales más cercanos, para interferir en la libertad de expresión si es que querían firmar algún convenio de publicidad gubernamental con su torpe administración.

El documento, me contó, contendría una serie de lineamientos y candados que los medios de comunicación deberían seguir cada vez que se refieran a ella, a sus secretarios o a su gobierno municipal.

Sin mucho que debatir ante la temeraria idea, convine a Claudia Rivera a pensar dos veces la idea de impulsar este manifiesto y le recomendé primero platicarlo con mis compañeros de oficio.

Al final, la ocurrencia de la alcaldesa no prosperó, pero me dejó claro que su tolerancia hacia la crítica era mínima.

La mañana de este domingo, Rivera Vivanco al fin se quitó las máscaras de política diferente y de la nueva generación, pues la alcaldesa mostró su lado más autoritario, dictatorial e intolerante, que no se veían desde el marinismo o el morenovallismo.

¿Qué hizo la alcaldesa obsesionada con la reelección?

Para iniciar, se inventó un Frente Ciudadano (sin ciudadanos y solo con militante de Morena y ex burócratas) contra las Campaña Negras (ultra sic) para anunciar una serie de acciones legales en contra de cuatro medios de comunicación en Puebla, por revelar los nexos de la alcaldesa con los actos vandálicos del 8M.

¿Por qué ningún periodista, activista o agrupación civil se prestó para las ridiculeces de Claudia?

Eso sí, Rivera Vivanco utilizó a su tonto útil René Sánchez Galindo para lanzar la amenaza contra los periodistas y los medios de comunicación.

Por más que lo intente no nos van a callar, porque en MTP Noticias, de los talentosos Iván Tirzo y Elvia Cruz; en Exclusivas Puebla, del impetuoso Jesús Arroyo; y en El Incorrecto MX, asumimos el reto de ser la nueva generación de periodismo poblano a pesar de que se intente instaurar una política de miedo como lo hicieron los oscuros Mario Marín y Rafael Moreno Valle.

Tampoco van a lograr silenciar a Contrarréplica Puebla ni a Mario Alberto Mejía, quien se ha enfrentado a peores batallas que la quieren dar estos marginales e improvisados, quienes piensan que los puestos públicos son eternos.

El objetivo de la deprimente alcaldesa es claro: quiere amordazar, amenazar e intimidar a sus principales críticos en los medios de comunicación para evitar que, en caso de repetir candidata del Movimiento Regeneración Nacional en la capital, se sigan exhibiendo sus torpezas, corrupción, nepotismo, mentiras, acoso y misoginia.

Rivera Vivanco va por su propia #LeyMordaza para que durante las campañas no sea exhibida por el fracaso y los escándalos de sus gobiernos.

Esa es la mentalidad de la que se presumía como una mujer diferente.

¡Qué vacilada!

Si la alcaldesa no soporta la crítica que regrese a su supuesto activismo o a las cifras del INEGI o que le pida mejores clases de meditación o control de ira o limpieza de chakras a su gurú de cabecera.

Ni a mí ni a mis compañeros periodistas nos va a amordazar.

Ya bájele a su calentura electoral, porque no va a ser ni candidata.

Acuérdese que el 17 de octubre será todo diferente para usted y nosotros, los periodistas, vamos a seguir con nuestra pluma y grabadora en mano.

Aquí la esperamos de pie y sin dejarnos intimidar, señora Claudia.

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