Es un hecho que Andrés Manuel López Obrador, como lo hizo con su forma de gobernar y ejercer el poder, modificó como nadie las reglas de la sucesión de la presidencia de la República.
Ningún presidente –ya fuera del PRI o del PAN– se había atrevido a cambiar los rituales del ‘tapado’, el ‘dedazo’, la ‘pinche señal’ o la ‘cargada’, como lo hizo el tabasqueño con el manifiesto de reglas que los y las aspirantes presidenciales de Morena deberán acatar durante el proceso interno con el que el partido lopezobradorista definirá a su abanderada en los comicios del 2024.
AMLO, como gran líder y único poseedor –hasta hoy– de su movimiento, estableció los métodos, fechas y letras chiquitas con las que el Consejo Nacional Político del Movimiento Regeneración Nacional ungirá al perfil que representará al lopezobradorismo y que, seguramente, retendrá el poder por otro sexenio más.
Uno de los puntos más controversiales del manual morenista es la renuncia obligatoria a sus cargos de los aspirantes que se deberá de dar a más tardar el próximo 16 de junio, con lo que se garantizará el reclamado “piso parejo”, que tanto pugnaron Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, los dos contendientes que lucen más desesperados e inconformes con el traje a la medida diseñado para Claudia Sheinbaum.
Más allá de las implicaciones legales y electorales, que merecerán un comentario aparte en este mismo espacio, la renuncia de los aspirantes, que tiene el objetivo de que las “corcholatas” puedan realizar “asambleas informativas” y dar a conocer sus propuestas a los ciudadanos del 19 de junio al 27 de agosto, tendrá, sin lugar a duda, serias implicaciones entre la baraja de contendientes de Morena en Puebla.
Para nadie es un secreto que los cinco principales aspirantes morenistas en el estado, Ignacio Mier, Alejandro Armenta, Rodrigo Abdala, Julio Huerta y Olivia Salomón, ya tienen bien marcado su bando entre las “corcholatas” de López Obrador.
Es de todos sabido que Mier está con Adán Augusto López; Armenta con Ricardo Monreal; Julio Huerta, Olivia Salomón y Abdala, están con Claudia Sheinbaum.
¿Quiénes se verán más afectados y qué proyectos estarán más en aprietos sin los cargos y membretes de sus preferidos?
En mi opinión consideró que el principal afectado de la regla de la renuncia obligatoria de sus cargos públicos es Nacho Mier, pues el otrora coordinador parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados sin Adán Augusto en la influyente Secretaría de Gobernación pierde su único puente dorado y factor de cohesión con el primer círculo de López Obrador.
Nadie puede negar que Mier Velazco pudo acercarse de manera significativa al presidente de México gracias a su excelente y cercanísima relación con López Hernández, quien ahora dejará la Segob para nadar en las aguas revueltas de la pre precampaña de Morena.
Una fuente de extrema confianza le comentó a quien esto escribe, sin que a la fecha alguien más lo haya confirmado, que al menos una vez a la semana, Andrés Manuel, Adán Augusto, César Yánez, quien se perfila para llegar al Palacio de Covián, y Nacho se reunián en el despacho del presidente para jugar domino.
Así, Nacho Mier pierde a su principal bisagra con el primerísimo círculo de AMLO.
En la cancha de los alfiles del gobierno cespedista, Julio, Olivia y Abdala, considero que sus proyectos no se ven tan mermados con la renuncia al gobierno de la Ciudad de México de Sheinbaum Pardo, ya que su cargo al frente de la CDMX era más bien un freno de mano, a diferencia de Adán Augusto que no necesitaba ningún pretexto para recorrer todo el país, para sus aspiraciones políticas.
Con la renuncia al gobierno de la capital del país, Sheinbaum podría hacer giras diarias, incluyendo Puebla, sin esperarse a los fines de semana, aunque ahora no podrá contar con la presencia de los antes mencionados al estar prohibidos por el Consejo Político Nacional, que así lo determinó.
En cuanto a Alejandro Armenta y su padrino político Monreal tampoco creo que existan “daños”, puesto que el expriista seguirá al frente de la Mesa Directiva del Senado de la República hasta el 31 de agosto aun con la renuncia del zacatecano.
Tras el proceso para ungir al candidato o candidata presidencial el próximo 6 de septiembre le tocará el turno a Puebla y todos los aspirantes tendrán que dejar sus cargos al igual que el manual de reglas nacional de Morena.
Ahí iniciará un nuevo juego.
Un juego con piso parejo, nuevas reglas y, sí, trampas y golpes bajos también.
La sucesión lopezobradorista dejará un precedente en la política y la historia de México.
Será un antes y un después del 2024.
La sucesión al estilo AMLO.
