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El día que Rodrigo Abdala se vendió a Moreno Valle y traicionó a Morena

columna historias de un joven reportero Gerardo Ruiz 1

La inolvidable elección del 2018 fue, sin dudas, el proceso que marcó el punto de quiebra en Morena en Puebla.

Hubo un antes y un después tras las votaciones del primer domingo de julio de ese año.

Algo se rompió en la aldea al interior del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador.

Una ruptura irreparable.

Mientras Miguel Barbosa, a la sazón abanderado de Morena en dichos comicios, y su primer círculo se convirtieron en una maquinaria inquebrantable e impenetrable, que venció al morenovallismo en las urnas, a su alrededor existieron personajes que vendieron su alma al siniestro Rafael Moreno Valle y traicionaron al Movimiento Regeneración Nacional.

Ignacio Mier y Alejandro Armenta fueron los primeros en abandonar a Barbosa Huerta a pesar de estar postulados como diputado federal plurinominal y senador en la primera fórmula de la entidad, respectivamente.

Mier Velazco fue parte del infame acuerdo que él, Enrique Doger y Arturo Rueda hicieron en una oficina de Centro Mayor con Eukid Castañón, quien entregó 120 millones de pesos en efectivo a la triada que orquestó mucha de la guerra sucia que sufrió el hoy gobernador del estado.

Armenta Mier, fiel a su historial de traición y simulación, fue el autor de la campaña “AMLO SÍ, BARBOSA NO”, que ejecutaron los marginales e impresentables Violeta Lagunes, Fredy Erazo Juárez y Pablo Salazar.

A los traidores se sumaron José Juan Espinosa, quien, por órdenes de Ricardo Monreal, fue el quintacolumnista en Morena para dar santo y seña a Moreno Valle y a Martha Erika Alonso de todo lo que sucedía en el búnker de Miguel Barbosa en el hotel Crown Plaza al norte de la ciudad.

Las reuniones en el Senado de la República entre Rafael, Monreal y Espinosa eran de todos conocidos, así como sus acuerdos.

El morenogalismo también tendió sus tentáculos sobre Claudia Rivera, quien fue seducida políticamente hablando, como se sabe de manera pública, por Tony Gali, el exgobernador que le financió sus dos campañas y con quien hizo acuerdos inconfesables a su infame paso por la Comuna capitalina.

No es un secreto ninguna de estas traiciones.

De la traición a Morena y a Barbosa que poco se sabe o se ha hablado es la que cometió Rodrigo Abdala, ahijado político de Manuel Bartlett y hoy aliado de Ignacio Mier, a quien hace apenas unos años aborrecía y no bajaba de “nefasto y estúpido” frente a todo el mundo.

Rodrigo fue uno de los cómplices mayores del fraude electoral operado por Moreno Valle en contra de Barbosa Huerta.

En la elección del 2018, Abdala Dartigues ostentaba una de las posiciones más importantes de Morena y a nivel local al ser el representante del partido ante el INE.

En Rodrigo recayó la defensa de la paquetería electoral y mucha de la coordinación con los representantes de casillas del entonces candidato Barbosa, así como los procesos de inconformidades, denuncias y querellas presentadas por Morena y su abanderado ante el Consejo General del Instituto Nacional Electoral.

La pinza de la traición se cerró con José Juan Espinosa como representante electoral morenista ante el IEE.

Simulación en su estado puro.

Y es que, Abdala, semanas antes de la elección, ya se había vendido con los Moreno Valle para no defender las actas ni la paquetería de Miguel Barbosa ni del Movimiento Regeneración Nacional en Puebla.

Las maletas con millones de pesos también alcanzaron para el ahijado de Bartlett.

El día de la elección, Abdala no pudo completar al cien los representantes de casilla, tampoco, una vez terminada la jornada electoral, tenía el cien por ciento de las actas, las cuales, dicho sea de paso, entregó, de manera sospechosa y planeada, una semana después cuando Rafael y su esposa Martha Erika ya se habían robado los comicios.

Esta paquetería, sobra decirlo, estaba en el Hotel M&M, en donde se instaló la mapachera de Eukid Castañón.

Sí, Rodrigo Abdala también fue parte del Fraude Electoral en Puebla en contra de Morena, de Barbosa y de López Obrador.

Para nada resulta una sorpresa ni tampoco es fortuito que ahora el mismo Abdala sea uno de los principales mapaches que buscan, a través de la estructura federal de los mal llamados Siervos de la Nación, acarrear y reventar la elección interna de Morena en Puebla.

El exdiputado federal jamás dejará de ser un mal alumno de Manuel Bartlett, el primer gran operador de los fraudes electorales.

Sus manos sucias y sus manchas están dejando rastros por todos lados.

Abdala, así como su nuevo aliado Nachito Mier, son dos políticos que tendrán que mostrar “sus musculitos” el próximo sábado.

Este fin de semana, otra vez, la realidad los golpeará como un uppercut del “Canelo” Álvarez.

Morena en Puebla se fracturó desde el 2018 por las traiciones y por el black money de Moreno Valle.

Que nadie olvide quién es quién en el lopezobradorismo aldeano.

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