Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
A menos que José Juan Espinosa esté ocupando documentación falsa o ya tenga en sus manos una Visa de trabajo —lo que luce realmente complicado, pero posible por su historial criminal—, el diputado local, quien legisla desde Houston, Estados Unidos, deberá regresar a territorio nacional en los próximos días.
Su plan de fuga está colapsando conforme avanzan los días.
A Espinosa Torres, denunciado por la Auditoria Superior del Estado por peculado, fraude, asociación delictuosa y abuso de autoridad, la justicia le está pisando los talones.
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Cada día que pasa es un día menos que el también perseguido por el delito de enriquecimiento ilícito tiene para disfrutar la libertad.
La ruta trazada por el presunto delincuente está pronta a caducar y la FGE tendrá que pedir colaboración con todos los aeropuertos del país para detenerlo al fin.
El periodista Iván Tirzo en su columna Golpe Bajo del pasado 3 de febrero fue el primero en advertir la fuga de José Juan, quien desde enero viajó desde Veracruz a Estados Unidos para evitar que las autoridades poblanas se dieran cuenta de su escape.
También, Arturo Luna, director de la Crónica Puebla, reveló en su Garganta Profunda del 10 de febrero titulada “Houston, el escondite del prófugo JJ”, que el legislador fue visto en compañía de una mujer en el restaurante Del Frisco’s Grille, en el condado de The Woodlands, a 40 minutos de la ciudad de Houston.
Si las cuentas no fallan, el prófugo de la justicia está próximo a cumplir seis meses viviendo en Estados Unidos, lo que es el tiempo máximo de estadía para los extranjeros con Visa de turista, documento que posee el exalcalde de San Pedro Cholula señalado por desviar más de 100 millones de pesos a través de un esquema tan simple como vulgar: el uso de empresas fantasmas y la compra de facturas falsas.
Al menos por un día, el infame “JJ” deberá regresar al país por un par de días para poder viajar de nueva cuenta a la Unión Americana o a otra nación para continuar con su exilio por otros seis meses más.
Muerto de miedo y sin otro remedio que encomendarse a la suerte de un prófugo, José Juan Espinosa estará en México con la esperanza de que la justicia no lo alcance en su efímera estadía en territorio nacional antes de emprender el vuelo con destino desconocido.
Las opciones se le están acabando al exedil cholulteca, quien quebrantó de una forma descarada las arcas de San Pedro y aun así tiene el descaro de decirse perseguido político.
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Nadie en su sano juicio llora por Espinosa Torres ni mete las manos por él.
Ni Olga Sánchez Cordero ni Ricardo Monreal han logrado frenar la orden de aprehensión ya liberada por la Fiscalía General del Estado.
Como olvidar que frente al gobernador Miguel Barbosa y con Monreal Ávila como testigo, el “JJ” empeñó su palabra de que dejaría su curul en el Congreso del estado, desparecería de las redes sociales y jamás volvería a criticar en público al gobierno del estado a cambio de que se garantizara su derecho a una defensa justa.
En Casa Aguayo se cumplió con el acuerdo, pero José Juan Espinosa, fiel a su estilo mercenario, demostró que su palabra no tiene valor.
Así, Espinosa Torres selló su destino en el momento en el que decidió regresar al Legislativo local y seguir con sus locuras en Twitter y Facebook.
El exalcalde tuvo que poner tierra de por medio y darse a la fuga.
No podía ser de otra manera.
José Juan Espinosa es un impresentable a quien tarde o temprano la justicia lo alcanzará.
La carrera contra el tiempo luce perdida para el ahijado de Mario Marín y siervo del siniestro Rafael Moreno Valle.
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Con un pie en México, José Juan Espinosa es presa fácil.
El juego de las escondidas tiene un final previsible.
Todos en Puebla esperamos ver las fotografías de la captura.
Catch me if you can versión San Pedro Cholula.