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Sin tregua, la guerra civil del PAN de Puebla

columna historias de un joven reportero Gerardo Ruiz 1

Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc

Colgado de la bandera del falso feminismo y agarrado con alfileres, Marko Cortés echó a andar un plan que luce bastante endeble para reelegirse a como dé lugar como presidente nacional del PAN.

El actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional panista comenzó con el acomodó de sus fichas para asegurar su permanencia al frente del partido por al menos tres años más y con ello convertirse en la carta natural del albiazul para las elecciones presidenciales del 2024.

Sin más argumentos que recurrir a la famosa paridad de género, Cortés Mendoza se inventó una metodología para renovar las dirigencias estatales basada en el criterio de formación de bloques que se emplea en las elecciones constitucionales para determinar la reserva de género de diputaciones, ayuntamientos y gubernaturas.

Ver: La Mafia de Leobardo Rodríguez en la Tesorería municipal

Y como bien dicen, el diablo está en los detalles.

Nada perdido, Marko Cortés se blindó en su “fakeminismo” para evitar las cascadas de impugnaciones a los bloques de paridad, que cualquier aspirante, sea hombre o mujer, a presidir a su partido en su estado podrá presentar ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación al ver vulnerados sus derechos partidistas.

¿Cuáles fueron los criterios para determinar que, en Morelos, Campeche, Puebla, Sinaloa, Oaxaca, Zacatecas, Michoacán, Colima, Tlaxcala, Hidalgo, Baja California Sur, San Luis Potosí, Jalisco y Tabasco únicamente mujeres puedan contender por las dirigencias estales?

Solo el líder nacional panista y los integrantes del CEN conocen las razones.

Pero una sale a de manera natural a la luz: Cortés Mendoza está amarrando los votos necesarios de la Comisión Política Permanente para reelegirse en el cargo.

Si en tal o cual estado tiene a un perfil masculino que le asegure un voto, pues su Comité Directivo será para un hombre; si en alguna entidad es una fémina la que asegure la lealtad, como el caso de Puebla con Genoveva Huerta, pues la dirigencia estatal será presidida por una mujer.

¿Quién será el valiente que lleve ante el pleno del TEPJF “el logro feminista” del PAN impulsado por Marko Cortés, aunque se trate, en realidad, de un burdo plan con maña?

Aunque para algunos la ruta trazada por el queretano luce infranqueable, para otros, entre los que me incluyo, el proyecto del líder nacional panista puede resultar contra producente.

Centrémonos en el caso de Puebla.

Si bien todo indica que Genoveva Huerta, gracias a Marko Cortés y su controvertido método para elegir a sus presidentes estatales, tiene vía libre para su reelección con un camino allanado, la realidad es que esto le puede resultar contraproducente para la futura diputada federal, quien busca permanecer en la dirigencia panista a través de otra imposición como ya sucedió en el 2018 cuando los Moreno Valle la hicieron lideresa sin ningún mérito visible.

Antes de la decisión del CEN, en la carrera por la dirigencia estatal estaban apuntados Rafael Micalco, Marcos Castro y Francisco Fraile, quienes buscaban evitar que Huerta Villegas repitiese en el cargo por tres años más.

Ver: Desde México, quieren salvar de la prisión a Claudia Rivera

Si estos tres perfiles se ponen de acuerdo para conformar un bloque opositor y ungir a un perfil femenino disidente, que bien podría ser Augusta Díaz de Rivera, Ana Teresa Aranda o hasta la propia Liliana Ortíz, esposa de Eduardo Rivera, el proyecto reeleccionista de Genoveva Huerta sería casi imposible.

Aunque el CEN aprobó que sea mujer la futura presidenta estatal del PAN, el método para elegirla sigue intacto, que será a través de una elección interna.

Tras el anuncio de Marko Cortés, los grupos que apoyan a “La Jefa Geno” y los que no quedaron marcados.

Sin embargo, el bloque Todos Unidos Contra Genoveva (TUCOG) podría inclinar la balanza en los comicios del que saldrá la futura presidenta y secretario general del Comité Directivo Estatal del PAN en Puebla.

Del lado de Genoveva Huerta, las pocas viudas y huérfanos morenovallistas, como Pablito Rodríguez Regordosa y Jorgito Aguilar Chedraui, ya demostraron su lealtad hacia la actual lideresa panista; en el lado opositor se encuentran Lalo Rivera y todo su grupo político, Jesús Zaldivar, Mario Riestra, Francisco Fraile, Rafael Micalco, Edmundo Tlatehui y todos los aspirantes inconformes que se quedaron sin candidaturas en el pasado proceso electoral.

Estamos presenciando un choque, el enésimo, entre los impresentables morenovallistas contra los yunquistas.

Ver: Aguilar Chedraui, en la mira

Sí, Huerta Villegas ganó la primera batalla gracias Marko Cortés, pero no la guerra.

Se equivocan quienes vea a Genoveva hasta el 2024 como la lideresa del PAN.

La tregua en la guerra civil panista tras el 6 de junio duró muy poco.

La interna del panismo poblano ya se calentó.

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