Las señales son más que claras.
Ricardo Monreal ya entró en abierta y pública rebeldía en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador y todo lo que su proyecto de nación involucre.
Junto con Monreal Ávila va Alejandro Armenta, el ahijado de Mario Marín quien ya está cada día más alejado de la candidatura de Morena al gobierno del estado en el 2024.
Ninguno de los dos está en los afectos del Ejecutivo y en el Movimiento Regeneración Nacional ya son vistos como intransitables.
Mientras la cúpula lopezobradorista se congregaba ayer en la plancha del zócalo de la Ciudad de México para festejar el #AMLOFest con motivo del tercer informe de labores del presidente de la República, Ricardo Monreal desde su oficina en el Senado tramaba su gran traición al tabasqueño, la cual sería operada por Armenta Mier, quien sirvió como una especie de kamikaze al ser sacrificado en aras de que el zacatecano pueda encarecer su negociación rumbo a los próximos comicios presidenciales.
Un vil y vulgar chantaje.
En una maniobra locuaz, Alejandro Armenta cometió la tarde de este jueves un verdadero “suicidio político” al trabar en la Comisión de Hacienda y Crédito Público el nombramiento de Victoria Rodríguez como gobernadora del Banco de México a propuesta del presidente López Obrador.
La historia no tiene desperdicio.
El senador poblano en su calidad de presidente de dicha comisión del Senado de la República jugó un papel difícil de entender, pues él mismo dotó a la oposición de argumentos para tumbar la designación de Rodríguez Ceja como la primera mujer en ser la cabeza de Banxico.
El complot en contra de AMLO sucedió cuando Alejandro Armenta, de manera increíble, hizo público que Adán Augusto López, el poderoso titular de la Segob se “equivocó” al enviar un dictamen con fecha del 25 de noviembre en la que se proponía a la ex subsecretaria de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público como integrante de la Junta de Gobierno y gobernadora de Banxico a pesar de no cumplir con los requisitos de experiencia y antigüedad.
Todo esto se tramó la noche del jueves cuando más de 200 mil personas escuchaban la perorata de hora y media de López Obrador en el primer cuadro de la CDMX y tras la comparecencia de la postulante en la Cámara alta.
Victoria Rodríguez, a pesar de ser la ficha de López Obrador y aunque ya había sido placeada por el presidente, será solo una integrante más de los cinco que componen la Junta de Banco de México.
En tremendo ridículo quedaron AMLO, Adán Augusto y Rodríguez Ceja por cortesía de Monreal y su esbirro Armenta.
Ahora el nombramiento de la carta marcada del presidente recaerá en la propia Junta de Gobierno de Banxico en donde se prevé que exista una resistencia a la propuesta oficial por desplazar a perfiles como los de Irene Espinosa Cantellano, Gerardo Esquivel Hernández, Jonathan Heath o Galia Borja Gómez, quienes se sienten desplazados a pesar de contar con todos los requisitos para suplir a Alejandro Díaz de León Carrillo.
Si la postulación de Victoria Rodríguez no fue bien recibida por los mercados ni por los empresarios nacionales e internacionales, ahora con el desmadre armado por Ricardo Monreal y Alejandro Armenta todo se va a poner color de hormiga.
No se sabe si Armenta Mier midió lo que su nuevo jefe político le ordenó hacer, pero esto le podría costar de manera definitiva la candidatura, que de por sí ya la tenía bastante lejana, para el 2024.
Lo de Armenta fue un verdadero suicido político.
Rasputín Alcántara salta como las ratas
El del Ahijado PRIcioso no fue el único “suicidio político” de los últimos días.
Y es que, Genoveva Huerta vive sola en su soledad.
Ni todos los millones que se embolsó durante la gestión de la exdirigente panista a través de los cursos patitos que brindó a diferentes candidatos previo a la elección intermedia de junio y los alcaldes emanados del PAN fueron suficientes para que Eduardo Alcántara permaneciera hasta el hundimiento del barco de Huerta Villegas.
Alcántara Montiel le hizo honor una vez más a su historial de traiciones, como en el pasado sucedió con Eduardo Rivera, pues ahora el exasesor estrella de Genoveva ya comenzó a ‘moverle la cola’ al alcalde de Puebla.
Resulta que “Rasputín” Alcántara, bautizado así por el siempre atinado periodista Ricardo Morales, se sumó a Jorge Estefan Chidiac para impulsar la reforma para aprobar el cobro del derecho de alumbrado público (DAP) a propuesta de Rivera Pérez.
El mensaje del otrora mejor amigo de Huerta fue claro.
“Queremos cooperar contigo y aquí está el primer favor, alcalde”.
La traición de Alcántara a Genoveva Huerta, quien ya se quedó sin aliados más que el impresentable Jorge Aguilar Chedraui en la víspera de la batalla que dará en tribunales para tumbar, sin buenos pronósticos, la victoria de Augusta Díaz de Rivera en la interna panista, tiene el claro objetivo de que no lo depongan como coordinador de la bancada albiazul en el Congreso una vez que los nuevos dirigentes rindan protesta.
Mientras Genoveva vive su propio “suicidio político”, sus huestes ya buscan salvarse ante la serie de agravios que la diputada federal hizo en contra de Lalo Rivera y en contra de su equipo cercano, que, sin lugar a dudas, no se quedarán sin repercusiones.
Ni todo el dinero puede comprar lealtades.
La “Exjefa Geno” está cosechando todo lo que sembró.