Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
La elección en Puebla capital del 6 de junio será un juego a cartas cerradas.
En las ocho elecciones que me han tocado cubrir como reportero, desde el 2012 hasta la de este 2021, jamás había sucedido que las principales encuestadoras locales o nacionales, con la excepción de Campaing & Elections, no presentaran sus sondeos en el arranque de las campañas.
En lo particular espera con ansias las encuestas de Mas Data y del BEAP, de los acertados Pepe Zenteno y de Rodolfo Rivera Pacheco, para medir el pulso de la contienda que protagonizan Eduardo Rivera y Claudia Rivera, los únicos dos candidatos con posibilidades reales de ganar, uno más que la otra, pero por diferentes razones no fueron publicadas.
Ver: El Dream Team del Verde en Puebla capital
Las circunstancias actuales de la pandemia del Covid-19 y los limitados topes de campaña para los aspirantes a un cargo de elección popular han propiciado que las encuestas ya no sean las protagonistas de las elecciones como sucedió en comicios anteriores.
Como olvidar la guerra de encuestas entre Rafael Moreno Valle y Javier López Zavala del 2010; o los tropiezos de Enrique Agüera en el 2013 cuando presumía sondeos hechizos para mostrarse como el puntero por encima de Tony Gali.
A la falta de sabor de las presentes campañas ahora habrá que agregar este ingrediente que la daba más sabor a las elecciones.
Nada mejor que las encuestas para medir los errores y dislates que los candidatos invariablemente van cometiendo a lo largo de las campañas o qué tanto afectan los escándalos de los abanderados y las guerras sucias o campañas negras en su contra.
Nada más falta voltear a ver lo que está sucediendo en Nuevo León para reconsiderar el valor de las encuestas y cómo estas pueden permear en el ánimo del electorado y hasta marcar el derrotero de los procesos.
Los estudios demoscópicos dejaron claro la caída libre de la abanderada de Morena, Clara Luz Flores, quien inició como la puntera en la contienda neolonés, tras el escándalo de su participación en la secta Nxivm, de Keith Raniere; así como el ascenso meteórico de Samuel García, de Movimiento Ciudadano, quien ya rebasó por la derecha al priista Adrián de la Garza.
Ver: 250 mil votos, el número mágico para ganar el Ayuntamiento de Puebla
Lo mismo sucede con los casos de Guerrero y Michoacán y la clara caída de Morena en las preferencias electorales después de que el INE y el TEPJF tumbaron a Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón.
Otra vez las encuestas mostraron la tendencia a la baja del partido lopezobradorista por su falta de candidato a mitad de la elección.
Sin duda, las encuestas en la elección por el Ayuntamiento de Puebla podrán traer un nuevo incentivo para los votantes que acudirán el primer domingo de junio a las casillas.
Al día de hoy sabemos, al decir de diferentes sondeos previos al inicio de las campañas, que Eduardo Rivera, el abanderado de la alianza PRIANRD, es el puntero de la contienda en curso, pero desconocemos los números reales, ya que no existe una uniformidad en los números.
Los sondeos de C&E, Gabinete de Comunicación Estratégica y Massive Caller ponen a Rivera Pérez con dos dígitos de ventaja, mientras que otras como Mas Data, la cual hizo un estudio a inicios de marzo, lo colocaron con una ligera ventaja sobre la repudiada Claudia Rivera.
Sin embargo, el pitch sigue siendo a cartas tapadas.
Nadie quiere destapar su juego.
Si bien Lalo Rivera podría presumir todas las encuestadoras que lo ponen al frente no lo ha hecho por estrategia y Rivera Vivanco no tuvo más remedio que recurrir a las verdades a medias al declarar el martes que lleva una ventaja de 20 puntos sobre su rival de Va por Puebla.
En efecto, Morena, como marca, aventaja al PAN por dos dígitos en al Angelópolis, pero en el cruce de partidos más candidatos, el Movimiento Regeneración Nacional se desploma por los negativos y el repudio que genera la persona de Claudia Rivera.
Ver: Claudia Rivera y su caótico primer día de campaña (Lo que mal inicia, mal termina)
Ojalá que en las próximas semanas ya lleguen las anheladas encuestas para tener un poco más de certeza de lo que será el final que ya todos sabemos.
La elección en marcha será, por ahora, una elección sin encuestas.
¿Quién pagará por ver?