Las cartas están echadas.
Las reglas para elegir al candidato presidencial de Morena y, por ende, al futuro presidente de México, ya están puestas y dadas a conocer.
La tarde de este domingo, inició de manera formal la sucesión del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Si bien este proceso ya había iniciado desde el primer segundo del 2 de septiembre del 2021 cuando el propio tabasqueño destapó a sus “corcholatas” y aceleró todos los tiempos de su proceso sucesorio, como ningún otro presidente lo había hecho antes.
Hoy, las reglas, la ruta, las fechas, los cómos, y los quiénes, ya están claros.
Piso parejo y unidad fueron las dos principales claves del cónclave de los 300 consejeros nacional del Movimiento Regeneración Nacional, quienes definieron a estrategia con la que el partido creado y fundado por AMLO buscará conservar el poder en los comicios del 2024 y ganar el resto de las gubernaturas que le hacen falta para dominar casi todo el territorio nacional.
Con los cuatro principales aspirantes a abanderar a Morena, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, como testigos, el Consejo Nacional Político de Morena definió que el miércoles 6 de septiembre se dará a conocer quién será ‘la corcholata’ ganadora de la encuesta interna del partido para ser el candidato a las elecciones presidenciales de México en 2024.
Los aspirantes deberán dejar sus cargos antes del 16 de junio, para iniciar sus recorridos por el país a partir del 19 de junio y hasta el 27 de agosto.
De acuerdo con el partido, el ganador o ganadora de las encuestas será designado como Coordinador de la Defensa de la Transformación y se instauraron los puntos para elegir las firmas que llevarán a cabo los cuestionarios y la manera en que se deberán comportar los participantes y todos los integrantes de Morena, antes, durante y después de este proceso.
Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional de Morena, explicó que cada aspirante podrá proponer dos empresas encuestadoras, siempre y cuando no hayan presentado resultados distantes a los oficiales en ejercicios electorales anteriores.
Durazo precisó que las encuestas se levantarán entre el 28 de agosto y el domingo 3 de septiembre, para que los resultados se entreguen al partido entre el lunes 4 y el miércoles 6 de septiembre, para que den a conocer oficialmente el mismo miércoles 6 de septiembre.
Además de las reglas ya conocidas, el reto principal de Morena –y su principal riesgo– es conservar la unidad entre los aspirantes.
Esto es algo en lo que ha insistido y ponderado el presidente López Obrador.
Y es que, el inquilino de Palacio Nacional sabe que su moviminento, por primera vez en su corta vida, corre el riesto real de fragmentarse.
Desde su fundación, AMLO había logrado mantener cohesionado a Morena en torno a su figura, pues nadie la hacía sombra en el control y aplicación del poder.
Andrés Manuel es, hasta hoy, el gran tótem sobre el que orbita todo su movimiento.
Ver: Lalo Rivera y 600 días de cambiar el rumbo de Puebla
Pero ahora que está a punto de heredad el poder, la cena de negros está también por servir su primer plato.
El presidente de México sabe que en el ejercicio de poder simpre habrá inconformes, heridos y daños colaterlaes. Su principal misión es evitar que quienes no sean favorecidos en la unció del o la (toda indica que será “la”) candidata presidencial no afecten a Morena en la elección del próximo año.
¿Podrá López Obrador esta encomienda?
La realidad es que esta empresa luce realmente dificil, pero no esto no quiere decir que exista un riesgo real de que el Movimiento lopezobradorista y su futuro o futura heredera no conserven la presidencia de México.
Pero esto no quiere decir que no pueda haber afectaciones severas.
Y aquí entra Puebla y los otros ocho estados en los que habrá elecciones locales.
La polarización en la entidad entre los aspirantes a la candidatura de Morena al gobierno del estado crece cada día.
Los candidatos, como Nacho Mier, Julio Huerta, Olivia Salomón y Alejandro Armenta, ya definieron a qué “corcholata” van a apoyar y no se vislumbra algún acuerdo entre ellos.
El caso Sandra Izcoa es muestra de que las negociaciones están rotas.
En Puebla se pueda dar un caso similar al de Coahuila en donde Morena no logró la unidad y el lopezobradorismo se resquebrajó y le permitió al PRIANRD conservar el gobienro por otro sexenio más.
Por eso es que el gobernador Sergio Salomón Céspedes, el gran y único líder político del estado, hizo, frente a López Obrador en Huauchinango, un llamado de unidad para evitar que el partido marrón pierda el poder no solo en Puebla, sino, a nivel nacional.
Las reglas ya están claras.
Tras la unción del o la candidata presidencial en septimbre le llegará al turno a Puebla.
¿Se acabarán los golpes bajo la mesa?
¿Morena podrá evitar la fractura en el 2024?
¿Mier, Armenta, Julio Huerta y Olivia podrán ponerse de acuerdo?
Inicia la cuenta descedente.
En sus marcas, listos, fuera.