César Roa / @Chilango_Roa
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida ¡Ay Dios!” dicta una de las canciones más populares de Rubén Blades que perfectamente se acomoda a la vida diaria. Por ejemplo, eso se lo pueden acomodar con la última cruzazuleada que se aventó el Cruz Azul, equipo que dejó ir una ventaja de cuatro goles y que, de nueva cuenta se quedó con las ganas de campeonar.
Y precisamente este dato curioso es sobre el Cruz Azul, porque resulta que un día como hoy, pero de hace 23 años, la maquina cementera no daba vergüenza y ganaba títulos.
Echémonos un viaje al pasado para olvidar el recuerdo de esa amarga semifinal contra los Pumas.
Era el lejano 1997. La gran final del futbol mexicano se disputó entre el Cruz Azul y el León.
La historia arranca el 4 de diciembre en el partido de ida que se disputó en el estadio Azul. En ese entonces no existía el verbo cruzazulear, pues la maquina cementera era un equipo que se hacía respetar y tenía jugadores que se jugaban a muerte el prestigio de la institución.
Desde el partido de ida se inclinó la balanza a favor del Azul, pues además de haber ganado 1 a 0 con gol de Benjamín Galindo, el León vio expulsados a dos jugadores importantes.
El 7 de diciembre se jugó la vuelta en el Nou Camp y todo parecía que la novena estrella para los cementeros llegaría fácilmente. Pero no, no fue así.
Al 53’, el costarricense Hernán Medford desbordó por la banda izquierda para sacar un centro que el delantero Missael Espinoza aprovechó para empatar el mercador global.
Después, al minuto 71, el cruzazulino Guadalupe Castañeda se fue expulsado por golpear a Everaldo Begines en la cara. Esto provocó el enojo de los “panzas verdes” y la posterior expulsión de Flavio Davino.
En aquel entonces, las reglas indicaban que, si el partido acababa en empate, se reanudaba el partido por 120 minutos más y ganaba el equipo que anotara primero. A esto se le llamaba “Gol de Oro”.
Y quien aprovechó esta regla fue el Cruz Azul, pues al minuto 100 el arquero de León, Ángel Comizzo le soltó una tremenda patada al goleador Carlos Hermosillo dentro del área, por lo que se marcaba pena. Fue el mismo Hermosillo quien se armó de coraje y anotó el gol que le dio al Cruz Azul su último título.
Quien hubiera dicho que 23 años después de ese partido, de ese último título, el Cruz Azul firmaría lo que ya es la cruzazuleada más épica de su historia. Por eso iniciamos la nota con “Sorpresas te da la vida”.