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Una mujer residente de un asilo en Lugo, España, fue declarada muerta a consecuencia del coronavirus, sin embargo, a los 10 días «revivió», pues regresó al lugar, causando pánico.
Todo se trató de una confusión por parte del personal del asilo, pues pensaron que la persona fallecida era Rogelia Blanco, una mujer de 85 años de edad que llegó al ala de pacientes con coronavirus el 29 de diciembre de 2020.
El geriátrico, inmediatamente anunció el deceso a los familiares de Blanco; estos le hicieron un velorio, en el que el ataúd permaneció cerrado, tal como lo solicitan las medidas de seguridad en España. Por ello, no se percataron de la confusión.
Debido a que Blanco compartió la misma habitación con otra compañera, hubo un error de identificación durante el proceso de traslado lo que propició que se certificase el fallecimiento de la incorrecta.