«Si miras las fotos que publiqué en Instagram durante el año pasado, me encontrarás escribiendo en el estudio, en un pasillo con un atuendo genial antes de subir al escenario para cantar, con mi perro, Eugene; en un sofá… Pero esto es lo que no hay en las fotos del año pasado: yo llorando en el auto hablando con mi mamá sobre cuánta ansiedad y cuántos síntomas de TOC estaba experimentando».
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Reveló Camila, quien se ha vuelto más abierta con sus batallas, al compartir otras situaciones que escondió, como cuando estaba con su mamá en una habitación de hotel leyendo libros sobre el TOC porque estaba desesperada por aliviarse, ahí fue donde se dio cuenta que padecía una ansiedad constante, inquebrantable e implacable.
Camila llegó a sentir que su mente jugaba con ella, por lo que le comenzó a costar trabajo conciliar el sueño y tuvo fuertes dolores de cabeza, así como la sensación de un constante «nudo» en la garganta.
Las acciones que más le han ayudado a la talentosa compositora de 23 años son la meditación, hacer ejercicio, trabajar para mejorar su respiración y, por supuesto, terapia con profesionales para aceptar la ansiedad y hacer las paces con ella.
‘Durante un largo tiempo, sentí como si la ansiedad estuviera robándose mi humor, mi felicidad, mi creatividad y confianza en mí misma. Pero ahora la ansiedad y yo somos buenas amigas. La escucho porque sé que ella solo está tratando de mantenerme a salvo, pero no le doy demasiada atención y me aseguro de no dejarle tomar mis decisiones’, finalizó Camila.
«En pocas palabras, me hizo sentir que mi mente me estaba jugando una mala pasada. También me afectó físicamente. No pude dormir por mucho tiempo, tenía un nudo constante en la garganta, tenía dolores de cabeza crónicos y mi cuerpo pasaba por lo que se sentía como múltiples montañas rusas todos los días», agregó Camila.
