En el 2015, Bryce Casavant, un oficial del Servicio de Conservación de Columbia Británica en Canadá acudió a un llamado para detener a una hembra de oso pardo que había entrado a una casa móvil. Cuando llegó al lugar, el oficial no dudó en disparar a la osa, pero se dio cuenta que el animal no se encontraba solo, ya que también estaban dos oseznos.
Al ver a los pequeños, Casavant se negó a matar a los ositos a pesar de que era una orden que había recibido. Los pequeños animales fueron llevados al Centro de Recuperación de la Isla del Norte, un hospital veterinario para que fueron resguardados.
Sin embargo, la decisión que tomó el oficial lo llevó a ser suspendido de su servicio. Tiempo después, se investigó el hecho y se determinó el despido definitivo de Bryce Casavant. Cuando la noticia trascendió a varios medios, miles de personas reaccionaron ante el despido del oficial y crearon peticiones en línea para pedir su reincorporación a su trabajo, pero todo fue en vano.
Pero cinco años después de lo sucedido, el Tribunal de Apelación de Columbia Británica retomo el caso de Bryce y dictaminó que el despido del oficial debió ser abordado por la Ley de la Policía, ya que en ese momento el hombre estaba actuando como un agente provisional especial.
Por lo tanto, su despido quedo anulado, sin embargo, esta decisión no obliga al Servicio de Conservación reincorporarlo a su puesto. Aunque parece que Bryce Casavant no tiene mucho interés de regresar a su antiguo trabajo, ya que actualmente labora en el Ministerio de Bosques, esto de acuerdo a unas declaraciones que hizo a Global News.
Por otra parte, los pequeños osos que rescató el oficial, que en ese momento tenían cinco meses, fueron enviados a la Asociación de Recuperación de Vidal Silvestre de la Isla Norte donde se les brindó atención médica y cuidaron de ellos hasta que estuvieron listos para ser liberados.
