«Un día de Vida», la película mexicana que hizo llorar a los europeos
Almanaque/ @AlmanaquePuebla
«Las mañanitas» nunca han provocaron tantas lagrimas como en el pueblo yugoslavo mientras veía la película mexicana Un día de Vida.
En la antigua Yugoslavia la cinta de Emilio “El Indio” Fernández marcó a toda una generación, pese a que en México pasó casi desapercibida.
Se calcula que este filme fue visto por uno de cada dos yugoslavos, pues de mayo de 1952 a mayo de 1953 un cuarto de millón de personas visitaron los cines de Belgrado para verla.
Además, en esa época muchos cantantes de dicho país se vestían de charros y cantaban canciones rancheras traducidas al serbocroata.
Un día de Vida narra la historia de Belén Martí, una periodista cubana que viaja a México en 1919 para escribir sobre la Revolución y se interesa por la historia del coronel Lucio Reyes, quien servía al ejército de Carranza pero luego de la muerte de Zapata, se rebela y es condenado a muerte.
Lucio nunca temió arriesgar su vida por salvar a sus compañeros, por ello, un soldado retirado le pide que deje una veladora para el condenado en la Basílica de Guadalupe.
Felipe, amigo de Lucio, trata de convencerlo de pedir perdón y salvar su vida, pues su ejecución es el santo de su mamá. Lucio pasa su último día con su madre.
La escena de Las Mañanitas hizo llorar a toda Yugoslavia, pues mientras el hijo oculta que será fusilado, la madre finge no estar enterada de la condena y continúan celebrando.
La película se exhibió durante dos décadas en la ex-Yugoslavia, incluso renovaba constantemente su licencia para ser proyectada.
Además, los yugoslavos hicieron sus propias versiones traducidas de Las Mañanitas, mismas que hasta hoy interpretan con las palabras “Mamá Juanita”, como en la película.
En los 60´s surgió el movimiento “Yu-Mex” que conjuntó la música yugoslava con canciones rancheras mexicanas, mientras que la actriz Columba Domínguez, quien interpretó a Belén, tenía su “club de fans” en ese país.