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Un británico identificado como Geoge Leather, de 60 años de edad, acusó a su esposa Paula de 56 años de serle “infiel” y la asesinó con 300 puñaladas en todo el cuerpo, 100 de estas fueron en la cabeza y el rostro, por lo que quedó desfigurada.
Los hechos sucedieron en Prescot, cerca de Liverpool, donde según las autoridades, luego de discutir la golpeó, la tiró al suelo y la asesinó con cuatro cuchillos.
«Dijo que fue a la cocina y agarró un cuchillo y comenzó a apuñalarla hasta que el cuchillo se rompió; hizo lo mismo con un segundo cuchillo y un tercero. Cuando terminó de agredir a su esposa estaba cubierto de sangre; se duchó, puso la ropa ensangrentada en el cesto de la ropa sucia y luego telefoneó a su hermano «, dijo el fiscal Gordon Cole.
El juez, Andrew Menary, calificó el asesinato como «un episodio de salvajismo indescriptible y bárbaro», por lo que condenó a Leather a cadena perpetua con un plazo de 18 años para poder solicitar la libertad condicional.
«Las lesiones infligidas fueron tan graves y tan extensas que, si bien el acusado indicó que había matado a su esposa, el proceso de identificación formal solo pudo ser confirmado por la presencia de un tatuaje que tenía Paula Leather y también por un reloj que ella usaba», señaló Cole.