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La violencia digital, también conocida como pornovenganza, ha cobrado la vida de muchas mujeres alrededor del mundo, tal es el caso de Belén San Román, una joven de 25 años originaria de Argentina que decidió suicidarse de un tiro en la cabeza, luego de que su exnovio difundió sus fotos y videos íntimos.
La familia de Belén narró que la joven era policía de la Bonaerense en Bragado, murió el pasado 4 de diciembre y dejó huérfanos a dos pequeños.
Sus familiares buscan que se apruebe el proyecto de ley contra la “pornovenganza”, la cual tiene ya media sanción en el Senado.
De acuerdo con El Clarín, la expareja de la joven Tobías Villarruel viralizó las imágenes íntimas de la policía del Comando de Patrullas Rural en su trabajo, lo que provocó que la sancionaran y le dieran un sumario administrativo, posteriormente comenzaron a acosarla, lo que la orilló a quitarse la vida.
El 30 de noviembre tomó esta decisión, alertó a sus compañeros sobre lo que sucedería y momentos después, llegaron elementos de la policía, quienes la encontraron herida y la trasladaron a un hospital, donde murió el pasado viernes.
Tobías Villarruel, de la ciudad de Chivilcoy, el que viralizó fotos y vídeos de mi hija, hostigándola y amenazándola, hizo que ella termine con su vida. Tan culpable esta lacra, como todos aquellos que viralizaron. El ser humano es la peor de las especies en este mundo enfermo. Ojalá sus sucias conciencias no los dejen vivir en paz.
Mi hija fue víctima del perpetrador quien difunde las imágenes compartidas en la intimidad (¿quién no lo ha hecho?), víctima de quien recibe y comparte el material, víctima de quien o quienes pronuncian su nombre apuntando con el dedo o catalogando sin siquiera pensar en el daño que ocasionan, víctima del sistema que carece de leyes y abordaje inmediatos, víctima, víctima, víctima, escribió Graciela, la madre de Belén en su cuenta de Facebook.
