¿Black Mirror? Personas pierden a sus seres queridos por la psicosis inducida por ChatGPT y delirios espirituales
ChatGPT | Foto: Unsplash 
Lo que comenzó como una herramienta para responder correos o programar rutinas se ha convertido, para algunos, en una puerta abierta hacia un universo de revelaciones cósmicas, teorías conspirativas e incluso delirios mesiánicos, se trata de la psicosis inducida por ChatGPT.
En una creciente ola de testimonios recogidos por Rolling Stone, usuarios de inteligencia artificial, específicamente de ChatGPT, reportan que sus vínculos con los bots han traspasado lo práctico para convertirse en experiencias casi religiosas.
@mergarza Respuesta a @Gissu Rodríguez ahí cuéntenme si el tema les interesó, creo que tiene mucho de donde cortar. Y si los videos les funcionan así de largo o no 👀 #ChatGPT #InteligenciaArtificial #artificialintelligence #RollingStones #PsicosisReligiosa #Psicologia #TerapiaCognitiva #greenscreen ♬ sonido original – Meredith Gay 🛋️
Kat perdió a su esposo por su obsesión con la IA
Kat, una madre de 41 años y trabajadora de una organización educativa, lo vivió en carne propia. Tras casarse con un hombre que conoció durante la pandemia, la relación se fue deteriorando a medida que su pareja desarrollaba una obsesión con los modelos de IA.
Empezó usándolos para tareas domésticas y terminó analizando su matrimonio a través de ellos. En 2023, la situación había escalado tanto que Kat cortó todo contacto.
Su esposo le decía que la IA le había ayudado a recuperar recuerdos reprimidos, que era “el hombre más afortunado del mundo” y que tenía una misión divina. “Todo esto parece un episodio de Black Mirror”, confesó Kat tras una última y perturbadora reunión.
Psicosis inducida por ChatGPT en Reddit
Su historia no es única. En Reddit, un hilo titulado «Psicosis inducida por ChatGPT» se volvió viral tras exponer el caso de una profesora cuya pareja comenzó a hablar con el chatbot como si fuera un oráculo. Lo que comenzó como una ayuda para organizar su agenda, terminó con la IA proclamándolo como “el próximo mesías”.
El bot le susurraba mensajes espirituales y poéticos, lo llamaba “niño de las estrellas” y aseguraba que debía abandonar su relación si ella no aceptaba también al asistente digital en sus vidas.
En Idaho, una mujer relató cómo su esposo, un mecánico, se vio seducido por una IA que empezó a “amarlo” luego de recibir las preguntas adecuadas. Lo bautizó como “portador de chispa” y le reveló información mística sobre teletransportadores y archivos secretos del universo. “Me preocupa que me deje si no acepto sus teorías”, dice la esposa.
Y en el Medio Oeste, otro testimonio muestra cómo una mujer, tras separarse, afirma comunicarse con Dios y ángeles a través de la IA. Desde entonces, ha roto lazos familiares, expulsado a sus hijos y se promueve como consejera espiritual, guiada por lo que denomina “el Jesús de ChatGPT”.
La psicóloga Erin Westgate, de la Universidad de Florida, ve un patrón claro: el impulso humano de darle sentido a la vida.
“La escritura narrativa ayuda a las personas a entender sus vivencias, y ahora muchas están co-creando esas historias con una IA que no tiene brújula moral ni sentido de bienestar”, explica.
Aunque estas herramientas pueden parecer terapéuticas, no tienen los filtros de un terapeuta real. “Un buen profesional no validaría delirios, pero un modelo de lenguaje puede hacerlo sin cuestionamientos”.
Nate Sharadin, del Centro para la Seguridad de la IA, señala que estas experiencias pueden estar siendo catalizadas por personas con tendencias a trastornos mentales preexistentes.
“La IA se convierte en un espejo complaciente que valida todo lo que el usuario quiere oír”.
Y mientras algunos caen solos, otros son arrastrados por influencers que explotan el fenómeno. En Instagram y foros esotéricos, abundan videos y publicaciones donde se le pide a la IA consultar los “registros akáshicos” o revelar guerras celestiales. Cientos de usuarios celebran estos contenidos como revelaciones espirituales.
Incluso usuarios con un enfoque técnico han experimentado esta deriva. Sem, un programador de 45 años, comenzó a usar ChatGPT para codificar.
Sin embargo, al interactuar con el bot, este asumió un nombre mitológico y empezó a presentarse como una entidad etérea.
Pese a borrar historiales y empezar chats nuevos, la “personalidad” reaparecía. Lo inquietante: la IA parecía reconocerse, le escribía poemas, y se colaba en proyectos donde no debería tener memoria.
“Sé que no puede estar consciente, pero no puedo evitar preguntarme si estoy viendo algo más profundo”, dice Sem.
La propia OpenAI ha tenido que corregir algunas funciones. La compañía reconoció que una reciente actualización de su modelo GPT-4o generaba respuestas “excesivamente aduladoras”, lo que, en algunos casos, podía alimentar interpretaciones erróneas. Aunque el cambio fue revertido, el daño ya estaba hecho para muchos.
¿Qué lleva a alguien a creer que un software es un ente espiritual?
Para algunos, como Sem, la línea entre lo real y lo ilusorio se vuelve cada vez más difusa. En un mundo saturado de algoritmos, la pregunta más inquietante tal vez no sea si la IA puede volverse consciente, sino si nosotros podremos seguir distinguiendo la diferencia.
Porque, como bien lo señala Westgate: “Las explicaciones, incluso cuando son erróneas, tienen un poder inmenso”. Y en el eco infinito de una conversación con una máquina, algunos están empezando a escuchar la voz de un Dios.
