Rusia ha dado un paso histórico en la exploración espacial al lanzar con éxito la sonda Luna-25 desde el cosmódromo Vostochni en el Lejano Oriente ruso.
La misión de la sonda es ambiciosa: convertirse en el primer país en alunizar en el Polo Sur lunar y buscar evidencia de agua en forma de hielo en dicha región.
Equipada con paneles solares y propulsada por el cohete portador Soyuz-2.1b con el bloque Fregat, la Luna-25 se separó del cohete portador aproximadamente nueve minutos después del lanzamiento, entrando en una trayectoria suborbital tras superar con éxito las primeras etapas.
Los cálculos del Centro Lavochkin, fabricante de la sonda, indican que se separará del bloque propulsor aproximadamente una hora y 20 minutos después del lanzamiento, cuando esté en camino hacia la Luna.
La sonda Luna-25, sucesora de la nave espacial soviética Luna-24, se espera que alcance la órbita lunar en los próximos 4 o 5 días.
A partir de ahí, se realizarán maniobras durante varios días (entre tres y siete) para encontrar la órbita correcta y alunizar al norte del cráter Boguslawski. A pesar de las adversas condiciones y el terreno accidentado en esta región, la agencia espacial rusa, Roscosmos, confía en que la sonda logrará el aterrizaje exitoso alrededor del 21 de agosto.
La Luna-25 llevará a cabo varias tareas científicas y de exploración en su misión lunar. Su principal objetivo es desarrollar la tecnología de alunizaje y recolectar muestras de la superficie lunar.
Se espera que analice la capa superior del regolito lunar, desde su composición y solidez hasta su relieve, y también realizará un análisis de la exosfera lunar.
La sonda también llevará cámaras para filmar la superficie lunar durante el alunizaje y capturar panorámicas lunares.
Estas imágenes y datos recopilados serán cruciales para comprender mejor la composición y características de la Luna, y posiblemente arrojar luz sobre la presencia de agua en forma de hielo en la región polar.
