Un tren de Norfolk Southern cargado con cloruro de vinilo se descarriló y explotó el pasado viernes 3 de febrero en la frontera entre Ohio y Pensilvania, en Estados Unidos donde más de 50 vagones generaron un enorme incendio.
El accidente pasó desapercibido hasta el pasado 8 de febrero cuando el periodista Evan Lambert fue detenido mientras investigaba el incidente calificado en redes sociales como “Chernóbil químico”.
The Associated Press (AP) describió el incidente como una “masa destrozada y carbonizada de vagones en llamas” que provocó la evacuación de 5 mil personas del pueblo de East Palestine dos días después.
A través de su cuenta de Twitter, el gobernador Mike DeWine señaló que el riesgo de no controlar el incendio podría derivar en una explosión de metralla mortal en un radio de 1.6 kilómetros.
East Palestine: Residents living within a mile of the train derailment site who have not yet left their homes are asked to immediately evacuate due to the potential of a major explosion. pic.twitter.com/F2BWmBipPx
— Governor Mike DeWine (@GovMikeDeWine) February 6, 2023
De acuerdo con el portal Xataka, el cloruro de vinilo es inflamable, tóxico y cancerígeno para el cerebro, pulmones, sangre e hígado, por lo que había un riesgo potencial al encontrarse cerca del fuego.
Las autoridades determinaron que al ser un líquido extremadamente volátil no era seguro cambiarlo de lugar, por lo que decidieron quemarle de «forma controlada», sin embargo, la producción de humo tóxico generó lluvias ácidas en toda la zona.
El tren también contenía otras sustancias peligrosas mismas que comenzaron a filtrarse a través de vías fluviales cercanas y provocaron la muerte de cientos de peces.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) informó que se enfocaron en proteger de contaminación el agua potable y que una semana después del incidente los marcadores de contaminación volvieron a la normalidad.
Hasta el momento no hay mucha información al respecto, por lo que resulta adelantado hablar de un “Chernóbil químico”.