Internacional

Un día como hoy pero de 2013, muere Nelson Mandela, el hombre que liberó a Sudáfrica

El 5 de diciembre de 2013, el mundo perdió a uno de sus líderes más emblemáticos Nelson Mandela
A 11 años de su muerte, recuerdan a Nelson Mandela

Un día como hoy, muere Nelson Mandela sin embargo su legado sigue vivo como un faro de esperanza y reconciliación. El 5 de diciembre de 2013, el mundo perdió a uno de sus líderes más emblemáticos: el primer presidente negro de Sudáfrica y uno de los artífices clave para la caída del régimen racista del apartheid.

A sus 95 años, Mandela falleció en su hogar en Johannesburgo, rodeado de su familia, tras una larga lucha contra problemas de salud. Con su muerte, Sudáfrica y el mundo entero despidieron a una figura irrepetible del siglo XX, un símbolo de la resistencia y la capacidad de los pueblos para superar los horrores del pasado.

Nelson Mandela, conocido cariñosamente como «Madiba» (abuelo), llegó a ser el rostro de la resistencia a la opresión racial.

Un líder cuyas acciones trascendieron las fronteras de su país y cuyo carisma y principios inspiraron a millones a lo largo de las décadas. Su figura se consolidó no solo por su lucha en los 27 años de prisión, sino también por su habilidad para construir puentes y promover la reconciliación en una Sudáfrica desgarrada por la segregación racial.

Una de las anécdotas más reveladoras sobre su personalidad ocurrió poco después de asumir la presidencia en 1994, cuando Mandela visitó a un alto funcionario del régimen anterior, John Reinders, jefe de protocolo presidencial durante los últimos años del apartheid.

En un gesto que refleja su grandeza, Mandela no solo respetó a Reinders, sino que lo invitó a quedarse en su puesto, reconociendo la valiosa experiencia que este podía aportar para gobernar un país que requería de un liderazgo firme y pragmático.

Reinders, profundamente conmovido por el trato cordial y respetuoso de Mandela, recordó este episodio como una de las muestras más claras de su humanidad y visión política.

Lo que hizo de Mandela un líder excepcional fue su capacidad para ganarse el respeto de todos, sin importar su origen o condición. Su relación con figuras de la talla de la Reina Isabel II o el presidente de Estados Unidos, fue siempre de cortesía y humildad, cualidades que, junto a su integridad y visión estratégica, le permitieron establecer un liderazgo fuerte y respetado en todo el mundo.

Sus negociaciones con los líderes del apartheid, durante los años previos a su liberación, mostraron su habilidad para dialogar con los mismos opresores que lo habían encarcelado durante más de dos décadas, lo que permitió que Sudáfrica transicionara hacia un sistema democrático sin una guerra civil.

Desde sus primeros días en la lucha política, Mandela mostró una confianza y determinación inquebrantables. A principios de los años 40, bajo la tutela de Walter Sisulu, se unió al Congreso Nacional Africano (ANC) y rápidamente destacó por su habilidad política y su carisma.

Enfrentando las humillaciones del apartheid, se convirtió en un líder indiscutido, guiando a su pueblo en una lucha que duraría décadas. Fue durante este tiempo que sus estrategias y habilidades de comunicación le permitieron ganar una enorme popularidad, tanto dentro como fuera de Sudáfrica, convirtiéndose en el emblema de la lucha por la libertad.

A pesar de la dura oposición del régimen y la violencia sistemática contra los negros, Mandela mantuvo siempre su visión de un futuro mejor, un futuro en el que los sudafricanos blancos y negros pudieran vivir juntos en igualdad y justicia. Esta visión, su capacidad para negociar y su coraje para enfrentar la adversidad, hicieron posible que Sudáfrica abandonara el apartheid sin caer en un conflicto sangriento.

Hoy, 11 años después de su muerte, Nelson Mandela sigue siendo recordado no solo como el hombre que liberó a Sudáfrica, sino como un referente de paz, justicia y dignidad humana. Su vida y su legado siguen inspirando a generaciones a luchar por un mundo mejor, demostrando que, incluso en los momentos más oscuros de la historia, siempre hay espacio para la esperanza.



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