Además de AstraZeneca, esta otra vacuna contra COVID-19 también es ligada a casos de trombosis

La vacunación mundial contra el COVID-19 es una carrera frenética hacia la inmunidad colectiva, pero no sin controversia.
En medio de la lucha contra la pandemia, las vacunas están bajo escrutinio por posibles efectos secundarios, y la última en ser cuestionada es la de AstraZeneca, que se encuentra en el centro de una polémica sobre la trombosis.
AstraZeneca admitió en documentos judiciales la posibilidad de eventos de trombosis «muy poco usuales», lo que ha generado preocupación entre la población. Sin embargo, no es la única vacuna vinculada a este riesgo.

En Estados Unidos, la vacuna de Johnson & Johnson (J&J) también enfrentó restricciones debido al síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS), especialmente en personas de alto riesgo. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) advirtieron sobre esta asociación, lo que llevó a que la vacuna J&J dejara de estar disponible en 2023 en el país.
El experto Alejandro Macías, conocido por su trabajo en la lucha contra la influenza en México, ha señalado que la noticia sobre la posible trombosis causada por la vacuna de AstraZeneca no es nueva y que los beneficios de la vacunación superan los riesgos.
Pero la trombosis no es la única preocupación. La vacuna J&J también ha sido asociada con el síndrome Guillain-Barré (SGB), un trastorno poco común del sistema inmunitario que puede causar debilidad muscular y parálisis.
Además, se han reportado casos de miocarditis y pericarditis relacionados con las vacunas de ARNm de Pfizer y Moderna.

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