A punto de las lágrimas, el presidente Andrés Manuel López Obrador recordó al final de la mañanera, que sus hijos sufrieron desde que era niños por «acoso y espionaje».
«Se quedaban los helicópteros encima de la casa (…) agradezco a Lourdes Galaz y a Carmen Lira que los fueron a buscar a mis hijos».
Tras la polémica de la mansión en la que vivió su hijo José Ramón López Beltrán, el mandatario recordó cómo desde hace más de 25 años, él y su familia fueron víctimas de persecución.
“Cuando empezamos a ser oposición en Tabasco, nos costó trabajo conseguir escuelas, para que los inscribieran. Ya se pueden imaginar las que hemos pasado. Ellos saben que, desde niños, hemos tenido carros de vigilancia enfrente de nuestra casa”, recordó el presidente.
Con el nudo en la garganta, el presidente agradeció a las periodistas Lourdes Galaz y Carmen Lira, directora de la Jornada, que fueron a buscar a sus hijos.
“Entonces, ya ellos saben qué es esto. Me da mucho orgullo que resistan. Y se han portado bien, aunque saben de qué una cosa es lo familiar y otra cosa es el servicio público. Lo saben perfectamente. Mientras yo he sido dirigente, ellos no han ocupado un cargo, porque ese es el acuerdo que tenemos. Yo les pido que se sigan portando bien, y agradezco al creador de que no pintan para ser como el hijo de José María Morelos, que tuvo un hijo, Juan Nepomuceno Almonte, que se volvió traidor y se pasó al bando de los conservadores”, concluyó.
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