El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador respondió a los comentarios del cantante Francisco Céspedes, quien le deseó la muerte. Durante su conferencia matutina, AMLO afirmó que se encuentra feliz y no siente ningún agravio por las declaraciones del intérprete de origen cubano.
López Obrador hizo referencia a los comentarios de Céspedes, quien ha enfrentado dificultades en su carrera debido a su adicción al alcohol y cuyo éxito ha ido en declive en los últimos años. El presidente llamó a sus seguidores a evitar caer en la violencia y a no molestarse por los dichos del cantante, ya que no le afectan de manera personal.
«Yo estoy feliz, feliz, feliz y no siento ningún agravio de su parte», aseguró López Obrador, enfatizó la importancia de no desearle mal a nadie. Además, reiteró su postura en contra de responder a la violencia con más violencia y enfatizó que se siente bien y feliz por el proceso de transformación que lidera.
El mandatario destacó que, aunque la derecha en México y en el mundo pueda estar enojada, él se encuentra contento y en paz consigo mismo. Subrayó que la felicidad no se limita a lo material, sino que radica en estar en armonía con uno mismo, con la conciencia y con los demás.
Para ejemplificar su postura, López Obrador pidió a su vocero, Jesús Ramírez, reproducir las palabras de Francisco Céspedes, quien ha residido en México como refugiado desde la década de 1990. Después de escuchar los deseos de muerte expresados por el cantante, el presidente decidió concluir la conferencia matutina con la interpretación de la canción «Nunca he creído que alguien me odia» del cantautor cubano Silvio Rodríguez.
En los versos de la canción se destacan frases como «siempre tendré un enemigo con el semblante arrugado, más cansado que yo… nunca he creído que alguien me odia, aunque me hayan querido matar».
Con este gesto, López Obrador busca transmitir un mensaje de paz, tolerancia y respeto, reiterando su enfoque en el bienestar personal y en la transformación de México.
