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Monserrat Ortiz Ramírez de 25 años de edad, fue abandonada por César, tras perder la vida en un accidente que sufrieron cuando regresaban de una fiesta a bordo de una motocicleta, en la autopista México-Puebla.
“Voy a llegar tarde”, avisó a su padre, Don José Alfredo Ortiz quien se dedica a vender dulces y botanas para mantenerse. Horas más tarde, el hombre recibió una llamada que le sacudió la vida.
Aquella madrugada, el cuerpo su hija, quedó tendido sobre el pavimento del kilómetro 19 de la autopista México-Puebla, mientras los autos pasaban a toda velocidad.
Monse era alegre y altruista
Monse, era una chica trabajadora, hermana de dos mujeres y tres hombres, tenía ganas de salir adelante, pues a sus 25 años había trabajado ya en 11 lugares antes de entrar a Coppel de Tepalcates en la alcaldía Iztapalapa, donde conoció a César.
La joven conocía muy bien lo que era la necesidad y soñaba con comprar un departamento con su trabajo.
Además, era altruista, le gustaba recolectar la ropa que su familia ya no usaba para donarla. Cada que tenía vacaciones se iba a las comunidades más alejadas de la sierra de Puebla para repartirla.
“Si uno está pobre, hay gente todavía más pobre”, decía.
“Los sueños de Monse se vinieron abajo tras el accidente
Su padre la describe como una persona alegre que sembró sonrisas y esperanza en decenas de personas que jamás la olvidarán.
El mundo de Don José Alfredo se vino abajo, pues ahora, todos sus sueños se vinieron abajo y no habrá más cumpleaños que celebrar el 2 de febrero.
Exigen justicia
“Yo no sé cómo fue el accidente de Monse, no puedo culpar a este chavo al 100 por cuento, no soy juez ni perito. Pero si yo sé que fue un accidente, me quedo al auxilio, y a él le valió, la dejó tirada en el piso y fue una cobardía, no llamó ni al 911”
“Lo único que quiero es que se haga justicia y que investiguen si él tuvo la culpa, no se vale que ande libre como si no hubiera hecho nada.
Con información de El Universal
