Una onda de calor es un fenómeno caracterizado por temperaturas extremas y altos niveles de humedad que pueden tener un impacto significativo en la salud de las personas. Los episodios prolongados de exposición pueden dar lugar a diversas enfermedades y afectaciones para aquellos que no toman las precauciones adecuadas.
La ola de calor se debe a la refracción de la luz cuando esta atraviesa espacios con diferentes índices de refracción, como el aire caliente sobre una superficie cálida. A menudo, se acompañan de una humedad excesiva, lo que agrava aún más las condiciones.
¿Cómo afecta la salud una onda de calor?
Entre las consecuencias más comunes de la exposición a altas temperaturas se encuentran la dermatitis, edemas, quemaduras solares, insolación, calambres, síncope por calor, entre otras. En casos más graves, se pueden experimentar agotamiento o golpes de calor, que pueden ser mortales o dejar secuelas importantes.
El golpe de calor es una de las principales preocupaciones. Se caracteriza por un rápido aumento de la temperatura corporal, alcanzando más de 39 grados Celsius, lo que puede provocar dolores de cabeza, convulsiones, pérdida del conocimiento, confusión, mareos, pulso acelerado, sudoración excesiva y piel seca y caliente, respiración acelerada, alteraciones del estado mental y del comportamiento, como vértigo, desorientación y delirios.
El aumento de la temperatura corporal afecta las funciones vitales del organismo, especialmente los riñones, el hígado y el cerebro. Por lo tanto, es fundamental tomar medidas preventivas para proteger la salud durante estos períodos de altas temperaturas.
Las olas de calor se definen como períodos de varios días consecutivos con temperaturas elevadas, superando ciertos valores específicos durante al menos 3 días seguidos. Estos valores pueden variar según la localidad.
Recomendaciones para evitar un golpe de calor
Ante la presencia de altas temperaturas, es importante seguir las recomendaciones de las autoridades, entre las que se encuentran.
Evitar la exposición prolongada al sol, especialmente entre las 11:00 a.m. y las 4:00 p.m.
No comer en la vía pública debido a la rápida descomposición de los alimentos.
Mantenerse hidratado incluso si no se siente sed.
Usar protector solar.
Vestir ropa de colores claros
Utilizar gafas de sol y sombrero o gorra.
Es fundamental estar informado sobre los riesgos asociados con las olas de calor y tomar las medidas necesarias para proteger la salud. La prevención y la atención adecuada son clave para evitar complicaciones y mantener el bienestar en tiempos de calor intenso.
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Foto: Meteored
