Este 30 de octubre, recordamos a las almas olvidadas o que no tienen familia que les recuerde en el marco de Día de Muertos, por lo que la tradición reza que debemos dejarles un vaso de agua en nuestra ofrenda.
En Puebla, hay un panteón de la Fiscalía General del Estado (FGE) en donde entierran a los cuerpos que no son identificados y van a la fosa común
Este cementerio forense se encuentra dentro del Panteón de la Piedad en la ciudad de Puebla. En 2020, la FGE detalló que enviarían más de 300 cuerpos a este lugar.
Cuenta con nichos que tienen sistemas de drenaje y desfogues para el óptimo manejo de restos, esto por investigaciones en curso.
El proceso incluye la organización de cada cuerpo considerando un control de identificación que incluye: número de Carpeta de Investigación, fecha de ingreso al SEMEFO, número de desconocido, ficha decadactilar, estudio odontológico, estudio antropológico, estudio médico y muestra para genética, entre otros.
400 almas olvidadas en Puebla el año pasado
De acuerdo al Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el año 2020 cerró con el levantamiento de 3 mil 018 cadáveres por parte de la Fiscalía.
De esta cifra, 409 no fueron identificados y derivado de ello siguen como desconocidos en lo que anteriormente se le conocía como “fosa común”, ahora panteón forense especial que la Fiscalía General del Estado acondicionó para resguardar los cuerpos que no son reclamados.
De ese número, se sabe 310 son hombres, 30 mujeres, 30 de sexo indeterminado y otros 30 únicamente se localizaron restos o fragmentos óseos, por lo que también se ignora a qué género correspondan.
Personas sin hogar, la mayoría de los difuntos desconocidos
De los cerca de 200 cuerpos que han sido levantados este año, la mayoría han sido de personas que viven en situación de calle,. Por lo mismo, casi todos quedan en calidad de desconocidos y muy pocos llegan a ser reclamados por sus familiares para darles una debida sepultura.
El 2021 empezó con el deceso de un indigente que habría muerto por las bajas temperaturas, hallado afuera del Oxxo de la colonia La Hacienda a espaldas de La Margarita. El varón de alrededor de 45 años, quedó sin identificar.
A Don Francisco lo corrió su familia
Uno de los casos más tristes fue el de “Don Francisco”, un hombre de alrededor de 75 años de edad, quien el año pasado fue despojado de su departamento y arrojado literalmente a la calle por sus propios hijos, por lo que decidió vivir sobre el Bulevar 38 Sur y 57 Oriente de la unidad habitacional de La Margarita, donde acondicionó con bolsas y tela su “casa”, mientras que fue cobijado por los vecinos que le daban alimento diario.
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Desgraciadamente en agosto unos desconocidos le dieron una golpiza por razones desconocidas y lo fueron a arrojar cerca del penal de San Miguel.
Los vecinos lo auxiliaron y nuevamente regresó a su “hogar”, pero desde ahí comenzó a deteriorarse su cuerpo, enfermó y finalmente la mañana del 6 de septiembre, lo encontraron sin vida, cuando le llevaban su desayuno.
El hombre de la tercera edad pudo haber quedado en calidad de desconocido, pero los mismos vecinos decidieron cooperar y solicitar el cuerpo a las autoridades para que ellos mismos pudieran hacerse cargo y darle cristiana sepultura.
Fieles hasta la muerte
El pasado 21 y 22 de septiembre fallecieron dos personas que vivían en situación de calle. Curiosamente en ambos casos los «amigos fieles» de las víctimas, un par de perros de raza mestiza resguardaron los cuerpos de sus amos.
El primero de los casos ocurrió el 21 por la tarde-noche cuando vecinos de Amalucan se dieron cuenta que estaba sin vida un indigente que se quedó sobre la banqueta afuera del templo mormón que está a un lado de la Gran Bodega sobre el Bulevar Xonacatepec metros antes de la Avenida de Las Torres.
Al llegar policías municipales confirmaron el reporte y acordonaron el sitio notando que un par de perros, uno blanco y otro negro, estaban recostados junto al cuerpo sin despegarse de él. Incluso poco después para hacer las diligencias del levantamiento de cadáver, los peritos y agentes ministeriales debieron tomar precauciones para no ser agredidos por los fieles acompañantes del finado varón.
Al día siguiente, ocurrió un caso similar, pues otro indigente de la tercera edad, murió frente a la clínica San Carlos y el carril de la Rosa en la colonia México 68.
A la llegada de autoridades policíacas notaron que el cadáver era cuidado por dos perros mestizos que eran sus acompañantes de la víctima.
El primer sigue como “huésped” en el panteón forense especial; el segundo fue reclamado por sus deudos que viven en la colonia 10 de Mayo.
