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Los estudiantes colombianos, Ximena Quijano Hernández y José Parada o “Koti”, como lo llamaban sus compañeros, eran mejores amigos, se conocieron en la Universidad Sanitas de Colombia donde estudiaban medicina. Decidieron venir a México por 10 meses para hacer su internado en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Nathalia Toro, prima de Ximena, relató en redes sociales que los jóvenes de 25 y 22 años respectivamente, eran inseparables, tenían metas y sueños en común, querían graduarse y salvar vidas.
Sin embargo, su sueño se vio truncado cuando el pasado 23 de febrero un comando armado los asesinó junto con Francisco Javier de 22 años originario de Xalapa, Veracruz, estudiante de la BUAP y el chofer de UBER, José Manuel Vital de 28 años, cuando regresaban del carnaval de Huejotzingo.
Los familiares de los estudiantes hicieron un llamado a las autoridades para esclarecer los hechos y que se haga justicia por la muerte de los estudiantes y el conductor de Uber que murieron en el ataque.
Este es el texto íntegro publicado por Nathalia Toro:
Ayer mi prima Ximena Quijano Hernandez (25 años), su mejor amigo Jose Parada (Koti de 22), uno de sus compañeros de internado, el Mexicano Javier Tirado (22 ańos) y el conductor del Uber en el que se transportaban, fueron encontrados sin vida en la via al Aeropuerto de Puebla, Mexico.
Nuestras Familias están destrozadas y solo queremos justicia y hacer un homenaje a nuestros seres amados que se han ido de nuestro lado muy pronto por culpa de la violencia y la maldad.
Xime y Koti se conocieron desde primer semestre en la Fundacion Sanitas cuando empezaron su carrera de medicina y como todo lo hacían juntos (eran inseparables), decidieron mudarse a Puebla por 10 meses en calidad de intercambio para hacer el internado medico como ultimo requisito antes de graduarse. No he conocido a nadie en mi vida hacer cada cosa en su vida con tanta convicción y amor como Xime, su sueño era ser medico y salvar vidas luego de ganar la batalla contra el cancer cuando era una pequeñita de 10 años.
Tragedias como esta no pueden seguir siendo la realidad de mas familias, nada nos devolverá a Xime, ni a Koti dos jovencitos que apenas estaban empezando a perseguir sus sueños, dos personas que no le hacían mal a nadie al contrario, decidieron dedicar sus vidas a salvar las de otros en su labor como medicos.
Hagamos de Xime y Koti un símbolo que represente a todos los estudiantes y jóvenes asesinados en México y en otras partes del mundo y este caso que hoy toca a mi familia y a la familia de Koti sirva como llamado a las autoridades internacionales para que esclarezcan todos estos asesinatos y tomen medidas reales frente a estos hechos de violencia.
La violencia que vive Puebla desde hace varios meses provocó que el mundo entero voltee a ver al estado.