El domingo 11 de diciembre, el gobernador, Miguel Barbosa Huerta encabezó su último acto público durante la entrega de patrullas a municipios en el Centro Integral de Servicios (CIS).
El militante de Morena se tocó varias veces el brazo izquierdo y trataba de sobarse.
Al inicio del evento, la secretaria de Finanzas, María Teresa Castro Corro se le acercó a preguntarle si estaba bien, y él le dijo que le dolía el brazo, por lo que la funcionaria estatal le sobó un poco.
Posteriormente, su esposa Rosario Orozco se sentó junto a Barbosa para corroborar cómo se encontraba.
Después de ello, comenzó la entrega de las llaves de las patrullas a los presidentes municipales y uno de sus asistentes lo ayudó en todo momento.
Minutos más tarde dio su discurso, pero ante el malestar lo dio sentado y el mismo reconoció que se sentía mal.
“Me duele del codo a la mano izquierda, para eso tengo a las señoras que me dan masajito. Aquí estoy y voy a estar con mucha resolución, con decisiones firmes, claras”.
Ese fue el último discurso que emitió Barbosa Huerta, pues los siguientes dos días se canceló su rueda de prensa mañanera y este 13 de diciembre murió en la Ciudad de México tras ser hospitalizado.
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