Francisco Ávila
El penetrante aroma a cloro y jabón, que a su paso quitaban costras de mugre y grasa, sustituyeron por un rato los olores de la comida típica de las cemitas, las chalupas, las gorditas, las esencias del durazno, la naranja, el limón y el mango.
La picardía del mercado no cesaba y mujeres presumían su destreza con la escoba, el mechudo y hasta el recogedor.
—¿Tú lavando?, si los únicos limpios están de este lado, grita desde lejos Carmen, una comerciante de chiles secos a su compañero Juan, quien tiene en el fondo un local de ropa.
—Si nosotros somos los más limpios, no los veo hacer nada de su lado, responde bromeando el señor junto a su esposa, con la escoba en mano.
Así fueron las escenas pintorescas de la batalla de la limpieza para combatir el coronavirus en el mercado «Carmen Serdán» popularmente llamado «La Acocota», que se repetían en cada puerta, en los pasillos, cerca de las paredes y en los pisos de la nave de abasto popular.
Las aguas negras corrieron rápido sobre las tarjeas, en medio de las cubetas con solución con detergente. Las mujeres, los hombres y hasta los niños tenían algún instrumento casero para ayudar en este trabajo.
Algunos tomaron sus previsiones utilizando guantes, cubreboca; no obstante, la mayoría de los vendedores hizo el aseo a mano limpia.
Los compradores no lo podían creer. Muchos lo celebraban y los reconocían: “gracias por cuidarnos”.
Sin parar, con la música a todo volumen de la banda MS se limpiaban las cortinas, los anaqueles, exhibidores, las mesas.
“Otros llegamos desde las 7 de la mañana. Lavamos las paredes con cloro. Se lavó por dentro y por fuera. Lo hacemos por la seguridad y la salud de todos los que estamos aquí. Queremos que vengan a comprar a La Acocota”, dijo una comerciante.
Las calles principales del tradicional mercado del Barrio de la Luz también tuvieron una mejor imagen, los que venden los tradicionales antojitos de carnitas, chicharrón, los tacos, y otros más de verduras se sumaron a la limpieza.
Esta acción motivó a los comerciantes establecidos de alrededor: sacaron su cubeta y se sumaron a limpiar para ganar la batalla al coronavirus, mantener a sus clientes y salir adelante de esta crisis económica.