«Respeten el dolor de las familias, no saben lo que estamos sufriendo», dijo un poblador de San Miguel Zacaola tras la explosión de un taller de pólvora dónde dos personas perdieron la vida.
El inmueble ubicado en la calle 6 Oriente y 2 Norte, tenía sellos de la Fiscalía General del Estado (FGE), además de cintas amarillas; mientras que elementos de la policía municipal, Ejército y Guardia Nacional, mantenían custodiado el lugar donde está mañana se registró la explosión del polvorín.
Una sombría calma rodeaba el lugar donde aproximadamente a las 10 de la mañana se escuchó un fuerte estallido que cimbró muros y ventanas de las casas ubicadas hasta tres manzanas a la redonda.
De una casa color verde, ubicada a un costado del taller, salieron tres personas, dos mujeres y un hombre, que suplicaban a las personas que abandonaran el lugar.
«Les voy a pedir de la manera más atenta que se retiren, ya vinieron varios medios y no queremos que luego publiquen puras cosas amarillistas. Vayan con la autoridades correspondientes, al arco de seguridad, pero retírense, por favor», dijo el hombre, de aproximadamente 60 años de edad, cabello y bigote canoso, mientras se observaban sus ojos cristalinos.
Momentos antes de llegar a Zacaola, habíamos recibido una advertencia. «La zona está caliente. Con cuidado».
Al internarnos en una de las calles sin pavimentar, donde se encuentra ubicado el taller, la mirada de los vecinos se posó sobre nosotros, mientras que los soldados y Guardia Nacional, saludaban a nuestro paso.
Por radio, un policía municipal le comunicaba a sus superiores su «parte»: «Me quitaron la radio y me golpearon», fueron las palabras que pudo decir antes de la salida de los «familiares» de las víctimas.
Las dos mujeres, se quedaron un poco alejadas de nuestra posición, expectantes a nuestro accionar y las palabras del hombre, quien siempre se dirigió a nosotros con respeto.
Poco a poco más vecinos se fueron acercando a la puerta del taller, algunos llegaron en moto, fue ahí cuando recibimos la segunda advertencia para abandonar el lugar.
«De corazón yo les pido que se vayan, por qué las cosas están calientes y ya mucha gente se fue, pero pueden regresar y no queremos que les pase algo.
Sin más palabras, nos fuimos retirando hasta donde se encontraban los militares, para tener una «ventaja» y sentirnos protegidos. Hasta allá nos acompaño el señor, quien nos reitero que no podíamos sacar fotos ni vídeo del lugar, ni siquiera de las patrullas, a pesar de que pedimos llevar una «constancia» de haber acudido al lugar de los hechos.
«Yo los entiendo, se que es su trabajo venir desde Puebla, pero también entiéndanos a nosotros, respeten el dolor de las familias, tú tienes hijos, padres, no saben lo que nosotros estamos sufriendo», dijo el hombre con voz entrecortada.
Después de eso, solo alcanzó a confirmar el deceso de dos personas y «otras lesionadas», despidiéndose de «puño» de nosotros para regresar al lugar donde perdieron la vida las víctimas.
Ante nuestra partida, varios motociclistas siguieron nuestro camino por un par de calles, para después retornar. Mientras que los elementos de la Guardia Nacional tomaron camino rumbo al Arco de Seguridad, para después desaparecer.
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Fotos: Gran Angular Agencia / @AngularAgencia