El Estadio Cuauhtémoc se convirtió en un salón de fiestas, pues un grupo de jóvenes quisieron una reunión diferente y utilizaron los palcos para celebrar.
El pasado 18 de marzo, tras el enfrentamiento entre el Club Puebla contra Santos, el cual terminó poco después de las 11 de la noche, el dueño de uno de los palcos y sus acompañantes se quedaron más tiempo de lo permitido en el inmueble.
De acuerdo a las historias compartidas por una de las asistentes de la celebración, la fiesta terminó aproximadamente a la 1:30 de la mañana, o sea más de dos horas después del silbatazo final del enfrentamiento.
En las diferentes publicaciones, se muestra que el estadio está vacío, e incluso la mayor parte está a oscuras mientras esta sección canta a todo pulmón, con un volumen que no se distinguía por ser precisamente moderado.
¿Y las autoridades?
Al hacerse viral la situación, muchos aficionados mostraron su inconformidad con la situación, pues durante el enfrentamiento se aplicaron medidas más estrictas para todos los asistentes, pero se permitió la presencia de estas personas cuando el estadio estaba totalmente vacío.
Hasta el momento, el club no ha emitido un comunicado para informar lo sucedido.
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