Jacqueline Steffanoni / @jacquelinesteff
La aplicación de la vacuna contra el coronavirus en San Andrés Cholula, irónicamente, se convirtió en un foco de infección para miles de adultos mayores. Paulatinamente, personas de más de 60 años llegaron a alguno de los 7 puntos que habilitó el gobierno federal, pero fue tanta la respuesta, que la estrategia de la Secretaría de Bienestar quedó rebasada.
Después de casi un año de pandemia y de dos etapas de confinamiento, los poblanos están desesperados y ven la vacuna como un rayo de esperanza para terminar con la incertidumbre. Por ello, no importó el frio, pasar la noche y madrugada en la calle o el miedo a la inseguridad para que los adultos mayores estuvieran más de 10 horas en los inmuebles esperando recibir el tan ansiado fármaco contra el virus de Wuhan.
A las 8 de la mañana daría arranque la Campaña Nacional de Vacunación. Para esa hora, ya había más de mil 500 personas en el Centro de Salud con Servicios Ampliados (Cessa) de Tlaxcalancingo. Desde ese momento, el gobierno federal no tenía el control de la situación. La Policía Estatal llegó a cerrar la lateral del Periférico.
El caos imperó. De nada sirvió el registró en la plataforma online. Las personas que llegaron con su folio impreso se dieron cuenta que éste no tenía validez. El número que importó fue el que les pintaron en la mano y se les asignó conforme fueron llegando desde la madrugada.
«¿De qué sirvió registrar a mi mamá por internet», gritó la hija de una mujer que llegó con la esperanza de que respetaran su folio.
Los encargados mostraban en un folder el orden en que atenderían. «Del o al 100», se leyó en la primera indicación. Así que quienes tenían esos números pintados en la mano sabían que los atenderían en los próximos minutos.
Los trabajadores del gobierno federal seguían rebasados. No podían controlar a la multitud de adultos mayores, así que ellos mismos dieron el ejemplo y dieron instrucciones para formarse. No faltó el necio que insistía en no respetar el orden.
La sana distancia no existió y el riesgo de contagio de coronavirus se potencializó.
Ante el desorden, hubo conato de bronca, el cual fue contenido por los elementos de la Guardia Nacional que salieron a gritar a los rijosos.
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De manera simultanea, la vacuna contra el coronavirus se aplicaba en seis puntos más de San Andrés Cholula, y en la mayoría se tenía un escenario similar al de Tlaxcalancingo.
En el Centro de Salud de Acatepec se respetó la sana distancia y asignaron una zona para que los adultos mayores esperaran su turno.
Pero, solamente asignaron a un encargado para aplicar la vacuna a 350 personas, por lo que fue muy lento el avance de la vacunación.
Las personas que acudieron a este punto acusaron que el único problema fue que sólo había una persona para aplicar la vacuna, lo que elevó el tiempo de espera de los adultos en este punto. La fila era de más de 10 calles.
En el centro de salud de Cacalotepec habían 300 personas con el número de identificación pintado en la mano con plumón.
A las 9:30 de la mañana, media hora después del inicio de la jornada, salieron a notificarles a quienes no tenían el folio improvisado que se fueran a sus casas porque no atenderían a nadie más.
Una vez más la desorganización del gobierno federal salió a relucir. Solo enviaron a una enfermera y tres asistentes para aplicar la vacuna. La comunidad montó un módulo en el que verificaban los números de identificación.
Esto generó otro problema. Los inconformes que se quedaron sin lugar, denunciaron que se le dio preferencia a personas externas a la localidad.
«Se formaron personas de Mayorazgo, no es justo, nos dijeron que le darían preferencia a los de la comunidad pero no fue así», denunció una mujer.
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Este fue el escenario caótico que se vivió en San Andrés Cholula en el primero de tres días de vacunación contra el coronavirus.
Aquí no importa el estatus social para recibir el medicamento. En las filas se mezclan personas de escasos recursos y otras que llegan en autos de lujo. El claro ejemplo de ello, fue que hasta el ex gobernador, Antonio Gali Fayad, se formó para ser inoculado.
Después del personal de la salud, los adultos mayores de Puebla están cerca de recibir el medicamento que los vuelva inmunes al coronavirus que ya cobró la vida de 9 mil 247 poblanos. No sin antes evidenciar las carencias, una vez, de las autoridades federales.
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