Lilia Cedillo Ramírez, rindió su primer informe de labores como la primera rectora de la BUAP. Presumió sus logros, pero guardó silencio ante los casos de corrupción que envolvieron a su antecesor, Alfonso Esparza Ortiz.
La rectora tampoco dijo nada de las denuncias de acoso sexual que se ha vuelto una constante por parte de las alumnas. Por si fuera poco, como invitado especial se encontraba el arzobispo, Víctor Sánchez Espinoza.
Tampoco atendió el llamado de la comunidad estudiantil para que se pronunciara respecto a la despenalización del aborto en Puebla.
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En los más de 60 minutos que duró el informe, la rectora no hizo ni un solo señalamiento a las administraciones pasadas, no mencionó la corrupción con la que se construyó la Torre de Rectoría ni el mal manejo de Los Lobos BUAP.
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Cedillo Ramírez tampoco anunció futuras investigaciones a través de la Contraloría de la máxima casa de estudios.
Al final cerró su discurso que apretará el paso y llegar a la meta de la “nueva cultura” universitaria.
“Como ha sido mi estrategia en las largas carreras de distancia y en mi vida personal y profesional, conozco el terreno, comencé a caminarlo, es el momento de apretar el paso y mantenerlo hasta llegar a la meta y conquistar así los objetivos de esta nueva cultura universitaria”.
