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Jorge Enrique Quijano Palacios, padre de Ximena Quijano, joven médico asesinada en Puebla junto con tres personas más, emitió un mensaje desgarrador en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), en donde se celebró una misa en memoria de los jóvenes ejecutados.
El padre sostuvo que Ximena, su compatriota José Antonio Parada Cerpa y el mexicano Francisco Javier Tirado Márquez, salvaron vidas, inclusive de delincuentes, durante su estancia en los hospitales.
“Salvaron vidas, que nos contaban todo lo que hacían a diario. Salvaron vidas de delincuentes también. En un hospital tenían que atender a cualquier persona. No preguntaban si eran delincuentes o no. También salvaron vidas de delincuentes. ¿Por qué vienen estos bellacos (ruín) y me les quitan la vida?”.
En un mensaje ante medios de comunicación dijo que es momento de que todos alcen la voz para exigir que no haya mas homicidios, secuestros, atracos y extorsiones.
Previamente, el padre le cantó a su hija durante la misa una melodía de Alberto Cortez llamada «A mis amigos».
Este es el mensaje integró que emitió Jorge Enrique Quijano Palacios este día.
Es un momento bastante difícil. Es un momento bastante difícil para nosotros. Pero con este dolor, permitimos eso que están haciendo, porque eso que hacen los medios de comunicación y los medios serios, es que podemos lograr ese grito de auxilio de NO MÁS, NO MÁS VIOLENCIA, NO MÁS EXTORSIÓN, NO MÁS SECUESTROS, NO MÁS ATRACOS, NO MÁS ASESINATOS.
Sencillamente queremos que nos ayuden a hacer ese grito, pero lo más importante de una manera responsable. Porque queremos aclarar que estos dos muchachos, tres con el mexicano, y cuatro con el señor del taxi, estos dos muchachos colombianos, eran dos niños con un sueño enorme de ser mejores médicos. Ese era el sueño de ellos.
Esa era el sueño que fueron construyendo desde el primer semestre que se conocieron. José Antonio y Ximena. Tomaron la decisión de hacer ese internado en la ciudad de Puebla. Desde agosto estaban acá. Lograron muchas cosas. Muy felices estuvieron. Aprendieron machismo de esta bella universidad clínica y hospital.
Salvaron vidas, que nos contaban todo lo que hacían a diario. Salvaron vidas de delincuentes también. En un hospital tenían que atender a cualquier persona. No preguntaban si eran delincuentes o no. También salvaron vidas de delincuentes.
¿Por qué vienen estos bellacos y me les quitan la vida? No hay palabras, ya he llorado mucho y lo que me falta. Pedimos justicia, pero fuertemente pedimos justicia, que nos unamos todos, le gritemos al mundo, a las autoridades, a la ley.
A veces la ley, inconscientemente protege la delincuencia, como fueron creadas, eso a uno le duele. La corrupción de otros países, como se vive en el mío, también se que se vive acá. Hace que la impunidad exista y este de moda. Muchos que tienen dinero pueden comprar un juez.
Les quiero agradecer a los mexicanos porque desde el mes de agosto hasta la fecha de hoy, nuestros hijos fueron felices. Mi hija Ximena, una loca, sonriente que hacia reír a todo el mundo. Era una loca porque todo a aquel que se le ocurre estudiar medicina está loco. La medicina es para locos. Pero esa local la amaba con pasión la medicina. No le importaban turnos de 36 horas, no le importaba nada, porque los disfrutaba. Amaba la medicina y esa loca, mi Ximenita, tenía algo bello.
Amaba su carrera. Amaba su universidad en dónde se formó en Colombia. Aprovecho para darle las gracias a ellos también que han estado con nosotros, desde el inicio de la noticia.
Algo que también decía Ximena, era que quería seguir estudiando en México, quería hacer su especialización acá. Ella decía amo a México y México me la quitó.