Los túneles que fueron clausurados en la zona de San Francisco el pasado 11 de junio, presentan daños estructurales debido a que inicialmente eran drenajes y fueron manipulados con fines de lucró, así lo informó Enrique Gómez, arqueológo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Puebla.
En conferencia de prensa, detalló que durante varios años, empresarios modificaron estos espacios para asemejar a un túnel histórico que conectara a un hotel con la Plaza de las Trinitarias y una capilla subterránea que rentaban para bodas o fiestas de 15 años.
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Sin embargo, no hicieron los estudios necesarios para asegurarse que no representaran un peligro para los peatones como los vehículos que transitan por el Arroyo de Xonaca, los cuales causan vibraciones y dañan la estructura.
«Hemos encontrado un deterioro tremendo en estas obras hidráulicas que fueron disfrazadas como túneles de época, una capilla se nota en la entrada (…) es un riesgo tremendo lo que está generando esta obra con el afán de generar dinero».
Enrique Gómez mencionó que durante la época colonial los “túneles” eran desagües para evitar inundaciones en la zona, por lo que su intervención generó un desgaste importante.
Por ello, el gobernador Miguel Barbosa Huerta se comprometió a que su administración presentará un proyecto para rescatar el lugar sin afectar a transeúntes ni automovilistas, además, trabajarán en conjunto con el INAH para mejorar esa zona de la ciudad de Puebla.
El pasado 13 de junio, Barbosa anunció la intervención del INAH para determinar si la ampliación de los túneles causó daños estructurales en los Lavaderos de Almoloya.
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Foto: Jafet Moz