Entre 2015 y 2017, Puebla se convirtió en el epicentro del robo de gasolina ductos de Pemex en México. La zona del triángulo rojo —con municipios como Tepeaca, Tecamachalco, Acatzingo, Palmar de Bravo, y Quecholac—, era donde se concentraban las operaciones de grupos delincuenciales.
La entidad poblana vivió una época gris en la que paulatinamente la violencia escaló, a tal grado de tener enfrentamientos entre huachicoleros y militares. Uno de los más graves fue cuando un elemento del Ejército Mexicano ejecutó a un delincuente y todo quedó grabado en una cámara de seguridad en mayo de 2017.
El youtuber Gusgri, entrevistó a un huachicolero en su canal Doble G. “El Abuelo”, era uno de los hombres de “El Ruso”, un líder llamado Ruselbi Vargas, muy cercano a Antonio Martínez, “El Toñín”.
En la entrevista, narró cronológicamente cómo fue creciendo el robo de combustible en esta región de Puebla, a tal grado que llegaron a usar tráilers para sacar la gasolina robada de los ductos de Petróleos de México.
También dio cuenta de la injerencia de policías municipales y estatales, alcaldes y el gobierno de Rafael Moreno Valle.
Los cubanos que vinieron a Puebla a enseñar como perforar ductos de Pemex
“El Abuelo”, es originario de la Ciudad de México y llegó a vivir a Yehualtepec, en donde conoció a “El Ruso”.
De inicio, fue contratado como halcón para vigilar que la policía o el ejército no se aparecieran cerca de las tomas clandestinas. En un solo día le pagaron mil pesos, y él ganaba 800 pesos a la semana en una purificadora de agua.
Así fue como decidió incursionar en la red delincuencial para robar gasolina. Cuando entró aún no era el boom de este delito, pues entraban con cinco camionetas y los contenedores de mil litros para llevarse el combustible.
“El Abuelo” reveló que gente de Cuba llegó al trianguló rojo de Puebla a “capacitar” sobre la perforación de los ductos de Pemex.
“No era cualquier gente, eran cubanos quienes venían a enseñar aquí, venían y abrazaban el tubo y como sacacorchos le daban hasta que se perforaba”.
Luego de perforar el ducto, conectaban una manguera que tenía una llave para evitar que se saliera la gasolina. En cinco minutos llenaban los contenedores de mil litros.
De inicio, la extracción de los ductos se hacía de madrugada o muy temprano, una vez que se salió de control el robo, lo hacían a cualquier hora con la complacencia de los policías.
Las personas que aprendieron a perforar las instalaciones de Petróleos de México eran de las mejor pagadas, pues les daban hasta 20 mil pesos por un trabajo que hacían en dos horas.