La madre y padrastro de Anthony Avalos, un pequeño de 10 años que asesinaron a golpes tras declararse gay en Lancaster, California, fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Los hechos ocurrieron en junio del 2018, pero fue hasta ahora que recibieron la sentencia, luego de que el día que cometieron el crimen llamaron a emergencia y avisaron que lo hallaron inconsciente en su casa.
El cuerpo presentaba múltiples heridas y moretones que le generaron graves lesiones internas como hemorragias cerebrales y fracturas en varias costillas, que indicaba que había sido víctima de maltrato físico.
Brandon Nichols, subdirector del Departamento de Servicios para Niños y Familias del Condado de Los Ángeles, comentó que Anthony “dijo que le gustaban los niños”, sin embargo, se negó a proporcionar más detalles.
Las autoridades detuvieron a Heather Barron, y a su pareja, Kareem Leiva acusados de asesinato, tortura y abuso infantil, además, se les acusó de aplicar estos delitos contra los medios hermanos de la víctima.
“Anthony sufrió terribles torturas y vivió semanas de agonía hasta finalmente perder la vida producto de las múltiples heridas y fracturas que recibió”.
En años anteriores, los familiares del pequeño hicieron un total de 16 denuncias contra la madre y el padrastro del menor, quienes fueron declarados culpables de asesinato en primer grado y sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Con información de Escándala